Campeonato del Mundo

"El Mundial no lo gana el más rápido, sino el más regular"

  • El subcampeón del mundo asegura que ha aprovechado sus cinco meses de inactividad para fortalecerse y espera conquistar el título antes de saltar a MotoGP

El piloto catalán Marc Márquez, subcampeón del mundo de Moto2, ha aprovechado los cinco meses que ha estado sin subirse a una moto para mejorar su preparación física con vistas, no sólo a la temporada que empieza, sino a su salto a MotoGP el año próximo.

"He estado haciendo mucha bicicleta, mucho gimnasio y, cuando ya estaba bastante recuperado, también motocross. Físicamente he mejorado en todos los aspectos", subraya Márquez.

Al ilerdense, piloto menudo que no llega al metro setenta, se le ve como un roble. A sus 19 años, ha tenido que superar "un largo y duro invierno", como él mismo lo define, por culpa de un accidente en el Gran Premio de Malasia que le afectó el nervio óptico y mermó su visión durante muchas semanas. Este inesperado contratiempo le ha hecho más maduro.

"En estos meses, la familia, el equipo y los patrocinadores me han ayudado mucho. La gente del equipo subía a Cervera -pueblo de la provincia de Lérida, donde aún reside- y hacíamos barbacoas, o me traían la última pieza que les había llegado de fábrica para que la viese. Me han hecho sentir que seguía formando parte de esto en todo momento", recuerda agradecido.

Su recuperación ha sido total, la moto -la misma Suter del año pasado con algunas pequeñas mejoras- va como un tiro, y en los tests de Jerez, los únicos oficiales que ha podido hacer durante el pasado otoño, las sensaciones fueron "muy buenas".

Por eso, Márquez se desenvuelve con la seguridad del que niega ser favorito, pero sabe que nadie lo es tanto como él. El año pasado fue la sensación en su debut en la categoría. Ganó siete grandes premios, pero se cayó en otros tres, y en algunos, como en el de Australia, alternó errores en la calificación con hazañas como adelantar a 22 pilotos en una primer vuelta para la historia.

"El primer año quería llegar donde no podía, pero tomamos nota de todo lo que pasó. Debemos aprender a mantener la calma en algunas situaciones, porque un campeonato no lo gana el más rápido sino el más regular", señala.

Ese fue Stefan Bradl, que tras coronarse en Moto2 esta temporada ha dado el salto a MotoGP. Sin embargo, Márquez asegura no sentir "ninguna envidia" del piloto alemán.

"Bradl tiene tres años más que yo. Ya ha ganado el título en Moto2 y era una decisión lógica. El año pasado fue el primero en la categoría y yo fui quien decidí no subir a MotoGP este año. Creo que acerté", afirma el catalán, quien insiste en que no quiere correr en la categoría reina "sin haber ganado el Mundial de Moto2".

El piloto de CX-Repsol apenas ha podido hacer pretemporada -"nos han faltado kilómetros, y en las primeras carreras habrá que tener paciencia", advierte-, pero asegura encontrarse al "cien por cien" y con unas ganas enormes de probarse en Qatar, el gran premio que abre la temporada este fin de semana.

En los entrenamientos del viernes y el sábado se pondrá calzoncillos azules para cambiarlos por los rojos el día de carrera. "Es mi única superstición", desvela Marc Márquez, a quien las caídas no le han hecho tenerle miedo a la moto -"si un día lo tienes, mejor no la cojas", dice- aunque sí "respeto".

En 2010 se proclamó campeón del mundo de 125cc con 17 años -fue el piloto español más joven de la historia en lograrlo- y desde entonces su popularidad no ha parado de crecer.

Márquez lo lleva bien: "La gente cada vez me va conociendo más y eso es importante, porque te hace crecer no sólo como piloto, sino también como persona. Lo noto en la relación que tengo con los aficionados, con el equipo. Noto que todas estas situaciones me están haciendo madurar".

Dentro de los circuitos, admira a Dani Pedrosa y a Valentino Rossi, pero sólo tiene un amigo, Tito Rabat, "porque prácticamente empezamos a la vez y hemos ido subiendo juntos", apunta. No puede permitirse más: "Al final, todo son tus rivales y con los que te juegas el puesto".

Lejos del Mundial, a Márquez le gusta pasar mucho tiempo con la familia en Cervera, donde también mantiene sus amigos de siempre, aunque es consciente de que no siempre puede hacer las mismas cosas que hacen ellos.

"Intento disfrutar de todas las etapas de la vida, pero con cabeza. El mundo de las motos te permite unos privilegios que los otros no tienen, pero tienes que decir a muchas cosas que no. A los 19 años, los de mi edad se van cada fin de semana de fiesta y yo tengo que quedarme en casa descansado", sentencia.

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