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Nadal se desata y aplasta a Thiem

  • El tenista balear jugará mañana ante el suizo Stan Wawrinka su décima final del Grand Slam parisino después de tumbar sin ceder un solo set a la joven promesa austriaca

Rafael Nadal devuelve la pelota a Dominic Thiem durante el choque de semifinal de Roland Garros jugado en París.

Rafael Nadal devuelve la pelota a Dominic Thiem durante el choque de semifinal de Roland Garros jugado en París. / ETIENNE LAURENT / efe

Rafael Nadal se medirá mañana al suizo Stan Wawrinka por su décimo título de Roland Garros después de vencer por 6-3, 6-4 y 6-0 al austriaco Dominic Thiem en dos horas y siete minutos. Nadal, con 31 años recién cumplidos, se clasificó a su vigésima segunda final de Grand Slam, la segunda consecutiva, y buscará su décimo quinto grande para desempatar con Pete Sampras en la segunda posición histórica y quedarse de nuevo a tres de los logrados por Roger Federer (18).

El ex número uno se queda ahora a un triunfo de convertirse en el primer tenista de la Era Abierta en ganar diez veces el mismo Grand Slam en lo que será su décima final parisina. Lo único que le separa ahora de semejantes registros es Wawrinka, que ganó antes una batalla de cuatro horas y media al británico Andy Murray por 6-7 (6-8), 6-3, 5-7, 7-6 (7-3) y 6-1. El suizo es hasta el momento infalible en grandes finales: ganó las tres que jugó, incluida la del Abierto de Australia de 2014 ante un Nadal lesionado.

Había un enorme respeto en el equipo de Nadal hacia Thiem. Su juventud -23 años-, su trayectoria en los últimos meses -campeón en Río de Janeiro y finales en Madrid y Barcelona-, la potencia de sus golpes y, sobre todo, el triunfo en Roma ante el español hace dos semanas eran razones más que suficientes para temer al austriaco.

Número siete del mundo, Thiem alcanzó en París su segunda semifinal de Grand Slam sin ceder un solo set y con un imponente triunfo en cuartos ante Novak Djokovic, el defensor del título, al que le endosó incluso un 6-0. Palabras mayores.

Pero los peores presagios de Thiem se cumplieron. "Nadal es el rival más difícil de la historia de Roland Garros", había advertido el llamado a ser el heredero del rey de la arcilla.

Nadal también venía lanzado. Y cuando el español se siente con confianza es prácticamente imposible derrotarlo al mejor de cinco sets en tierra batida. Con esas variables sólo perdió dos partidos en su carrera, en 2009 y en 2014.

Thiem era el primer rival de calado al que se enfrentaba Nadal en Roland Garros, el primero al que se le suponían posibilidades serias de derrotarlo. No en vano, el austriaco era y es el único tenista que sabe lo que es ganar a Nadal este año en la superficie lenta.

Ayer, en un estadio Philippe Chatrier abarrotado, fue Thiem el que golpeó primero. Rotura de entrada para el austriaco, pero su rival se lo devolvió de inmediato. Arrancó el partido con los dos tenistas temblorosos al servicio.

Con 1-1, Nadal salvó dos pelotas de break y al juego siguiente volvió a romper el servicio de Thiem. A partir de ahí, el balear se hizo el amo de la cancha. El austriaco, quizás agobiado por verse atrás en el marcador desde el inicio, empezó a arriesgar más de la cuenta con sus tiros. Acabó hoy con 34 errores no forzados, su cifra más alta en el torneo.

Tras perder la primera manga en 47 minutos, Thiem disfrutó de dos pelotas de break para colocarse 2-0 y servicio en el inicio del segundo set, pero se encontró con dos golpes ganadores de derecha de Nadal. Ahí se le escapó la última oportunidad a Thiem. El austriaco sólo pudo hacer tres puntos en sus seis juegos siguientes al resto, lo que se tradujo en un 6-4 en el segundo set y en un 6-0 en el tercero. Nadal, inmaculado, iba con cinco marchas más que su rival. El español alcanzó así la final de Roland Garros sin ceder un set, como ya hizo en 2007, 2008 y 2010. Queda Wawrinka.

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