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Nadal y la misión de despejar dudas

  • El manacorí mejora su imagen con el paso de los partidos, aunque advierte que está lejos del mejor nivel

Salió a la cancha con la misma combinación de camiseta violeta, short verde marino y zapatillas naranjas que en el debut, pero el Rafael Nadal que se vio en su segunda presentación en el torneo de tenis de Viña del Mar fue muy diferente.

La versión mejorada del español llega justo a tiempo, porque ahora le esperan rivales de mayor riesgo desde su vuelta al circuito tras más de siete meses.

Nadal ya sabe lo que es subir el listón esta semana. Lo hizo ante el español Daniel Gimeno Traver, al que venció con un 6-1 y 6-4 que despejó muchas de las dudas que había mostrado en su debut en singles en Viña del Mar.

"Es más fácil ganarle ahora que cuando estaba número uno. Este es el momento", había anunciado Gimeno Traver antes del encuentro. Y a juzgar por lo visto en su primera presentación ante el argentino Federico Delbonis, sus palabras parecían razonables.

Pero Nadal ya no fue el jugador inseguro y errático del regreso, sino un tenista un poco más parecido al de sus mejores épocas.

Punzante con la derecha, sólido desde el fondo, deslizándose con comodidad por la arcilla, tirando otra vez passings a la carrera e incluso subiendo a la red para cerrar los puntos.

Pero las mejoras no son lineales y el propio Nadal admite que no está en plenitud. No sólo en lo tenístico, algo lógico tras siete meses de ausencia, sino también en lo físico.

Según indicó su tío y entrenador Toni Nadal, el tenista español aún siente dolores intermitentes en su rodilla izquierda y los seguirá sintiendo durante un par de semanas. El tendón que lo tuvo a maltraer ya está recuperado, pero aún necesita tiempo para fortalecerse.

"No estoy al cien por cien, pero aun así he conseguido ganar muy buenos partidos. Estoy feliz por cómo me he sentido. Voy a intentar seguir mejorando cada día un poquito más", comentó Nadal.

Su actuación también es relevante en la modalidad de dobles, en la que forma pareja junto a su amigo Juan Mónaco. Derrotar a Berlocq y Mayer supuso el pase a la final tras un 6-3 y 6-4 que reflejó la buena sintonía que ambos tienen sobre la arcilla. En la final les esperan los italianos Lorenzi y Starace, en lo que será otra prueba en este regreso del manacorí a las pistas. Las buenas sensaciones predominan a la espera de que los grandes rivales aparezcan en escena.

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