Rafael Nadal es consciente de que dentro de muy poco, y si nada extraño ocurre, recuperará el número uno del mundo, pero también tiene muy claro que el nivel que está mostrando en un 2013 que jamás olvidará tiene fecha de caducidad. "Evidentemente, este nivel no se puede aguantar", admitió el tenista español. "Jugar 13 torneos, 12 finales y diez campeonatos, cinco Masters 1000, dos Abiertos 500, dos Grand Slam, eso no existe. No se puede mantener ese nivel de exigencia en los momentos complicados y seguir ganando y ganando. No hay nadie que lo resista y es de lógica", añadió en la madrugada del lunes después de conquistar el Abierto de Estados Unidos.

Frente a un descenso del nivel que se antoja inevitable, Nadal promete seguir poniendo pasión, una materia prima deportiva muy cotizada que parece inagotable en el número dos del ranking. "Eso no quita de que siga la ilusión por seguir luchando y de hacer lo que siempre me apasiona, que es la competición, la competición llevado al máximo nivel. Intentaré seguir por el mismo camino. Las cosas seguro que no van a ir tan bien, pero espero estar por aquí muchos años". "La pasión se va a mantener, pero los resultados son complicados", advirtió en una abarrotada sala de prensa el español.

Nadal es el gran protagonista de la temporada 2013. Lo fue por su ausencia en el Abierto de Australia y lo fue por las dudas que arrastró en su inicio por una lesión de rodilla le apartó del circuito la segunda mitad de 2012. Pero por encima de todo, 2013 será el año de Nadal por su tremendo regreso a la élite. Desde que volvió en febrero en Viña del Mar, el español jugó 13 torneos, llegó a 12 finales y ganó diez, entre ellos Roland Garros y el Abierto de EEUU. "Está siendo un año muy emocionante, quizá es el más emocionante", admitió.  "Ninguno hubiera soñado con una vuelta así. Me siento con suerte de lo que me está pasando, pero es verdad que he peleado para estar competitivo y para estar donde estado los últimos meses".

Peleó duro el español, pero ya obtuvo todas las recompensas salvo una: recuperar el número uno. Nadal podría superar a Djokovic en la lista después del torneo de Pekín que arranca a finales de septiembre. Cualquier victoria, por pequeña que sea, sumará puntos en el casillero del español en su intento por terminar el curso en la primera posición. "Significaría mucho para mí, es lo que me motiva. Es bonito. Hace ilusión ser el mejor al final de año. Tengo una oportunidad importante", dijo Nadal, que tiene ahora 10.860 puntos, 120 menos que Djokovic, un tenista que defiende título en Pekín, Shanghai y Londres. Antes, el español ni quería escuchar las palabras "número uno".

"Da igual donde esté el límite, porque pase lo que pase hasta final de año, es de los mejores años de mi carrera. Desde hace tiempo, desde hace meses, todo lo que venga es de regalo porque he hecho mucho más de lo que hubiera soñado. Estoy peleando por seguir dándome opciones de vivir momentos como los de estos meses. Sigo trabajando con la ilusión y la actitud adecuada". Esa mezcla de ilusión y pasión es algo de lo que presumió Roger Federer después de despedirse del US Open en los octavos de final. El suizo, para muchos el mejor tenista de la historia, sigue jugando por pasión. Su tenis parece que ya no le alcanza para jugar ante los desaforados Nadal y Djokovic. "Los partidos se ganan con la raqueta, evidentemente, pero hay momentos que van más allá de todo eso. Insistir, aguantar, buscar la solución, pelear cuando van mal, no dejarse llevar porque en algunos momentos te estén destrozando. Hay que seguir manteniendo la ilusión, la pasión, la concentración", explicó Nadal sus emociones.

El español se quedó a uno de los 14 Grand Slam de Pete Sampras. Para igualar al estadounidense, Nadal deberá mantener el nivel, la pasión y las piernas. "Tengo 13 Grand Slam con 27 años, espero que el físico me dé, porque la cabeza no me va a fallar. Espero que el físico me dé la oportunidad de seguir haciendo eso muchos años (...) Ya veremos cuando acabe mi carrera dónde estamos en la historia".