Carla Suárez. Jugadora del equipo español de tenis

"De Nadal me quedaría con su fuerza mental"

  • La canaria, que lidera el conjunto español que juega ante la República Checa, espera que el frío y la lluvia no amilanen al público. No teme la presión y espera dar el salto pronto al 'top 10'.

Número 17 del mundo y primera raqueta española, Carla Suárez es la gran esperanza del equipo que capitanea Conchita Martínez en el duelo de primera ronda de la Copa Federación ante la República Checa, campeona en 2011 y 2012, en Sevilla. Grancanaria de nacimiento, dice que si le dieran 200 entradas para el fin de semana las colocaría sin problemas. Habitual en el Challenge de Pineda, le sobran peticiones y ganas de demostrar que el tenis femenino puede dar también muchas alegrías.

-La baja de Petra Kvitova (número seis del mundo) ha sido una alegría.

-Con Kvitova ellas eran muy favoritas. Ahora quizá se iguala un poco más, pero será igual de complicado, porque otras dos jugadoras están en el top 30

-¿Ser la número una española, y más sin Kvitova, le hace tener más presión?

-Para nada. No más de la que me pongo yo. En las eliminatorias de Fed Cup lo importante es conseguir tres puntos. Da igual si dos el sábado o los tres el domingo. Todos valen igual y la responsabilidad es como la de mis compañeras, porque el deseo de ganar es el mismo. Somos un equipo y todas estamos capacitadas para ganar.

-Sevilla es una ciudad futbolera y se espera agua y frío para el fin de semana. ¿Cómo se puede animar al público?

-No hay evento deportivo en el que esta ciudad falle, así que contaremos, seguro, con su ánimo. Necesitamos el máximo apoyo de la grada, porque la afición en estas eliminatorias es fundamental y a veces te da el empujón necesario para ganar.

-¿Casi pasa de los 45 grados de Australia al frío sevillano?

-Es muy desagradable jugar a 40 ó 45 grados. Cuando en un torneo se llega al punto de suspender partidos varias horas es que pasa algo extraño.

-¿El frío beneficia a las checas?

-A nosotros nos interesa que la bola esté viva, que bote... y el frío y la lluvia no ayudan.

-En Australia se vieron varias leyendas del tenis como entrenadores. ¿A quién querría usted?

-De momento, no necesito a nadie.

-¿Es muy diferente Conchita Martínez a Arantxa Sánchez Vicario como capitana?

-Son diferentes. Cada una tiene su personalidad. Con Arantxa las eliminatorias las jugamos a domicilio y fueron complicadas. Ahora, con Conchita, estamos muy a gusto. El año pasado hizo un gran trabajo e intentaremos seguir la misma dinámica para mantenernos en el Grupo Mundial.

-Ha sido cuartofinalista en varios Grand Slam. ¿Teme quedarse en ese tipo de jugadoras?

-Miedo no, de momento es rabia. Pasar en un Grand Slam de cuartos a semifinales es un gran paso, porque a partir de ahí se abren muchas opciones. Jugar unos cuartos de final es un mérito, pero si te quedas ahí siempre puede que pierdas algo de respeto. Espero ganar pronto el primer título en WTA. Las jugadoras del top 10 son muy duras. Serena (Williams) y Azarenka están por encima, así que colarse entre las cuatro mejores está complicado porque hay una gran competencia. A cada torneo que voy doy el 100% y ojalá algún día pueda pasar esa barrera.

-Serena Williams mide 1,75 metros; Azarenka, 1,83... ¿Su altura (1,62 metros) es un hándicap?

-Las más altas tienen ciertas ventajas, sobre todo en el saque. Soy como soy y sé cuáles son mis armas y qué tengo que mejorar para competir con esta gente que tienen esos centímetros de más que te dan un plus en ciertos momentos.

-¿Sueña con un Grand Slam?

-Como cualquier profesional. Ganar algo así es el objetivo final.

-¿Cuál redondearía el sueño?

-Si pudiese elegir, Roland Garros, porque es el más español y desde pequeña la tierra batida es lo que más me ha gustado y donde más cómoda me he sentido. Pero, puestos a soñar, el que sea. No es cuestión de ponerse exigente.

-¿Qué partido no se le quita de la cabeza que podría haber cambiado su carrera?

-No hay uno, hay muchos. Durante el año hay encuentros que, después, te das cuenta que podrían haber tenido más repercusión en tu carrera en caso de ganar. Varios en los que caí en tres sets o que pierdes y ves que el siguiente, de haber pasado, era una buena oportunidad para seguir avanzando... Hay varios en mi cabeza.

-¿Qué ha cambiado desde esa niña que debutó en el circuito WTA con 18 años?

-Desde los 18 a los 25 años he vivido muchas experiencias que te hacen madurar. Buenas y malas. Eso al final te hace crecer en lo personal antes que otra persona.

-¿Con qué rasgos se quedaría de Nadal y Djokovic?

-Con todos. Así sería número uno, seguro. Bueno, si tengo que elegir me quedaría con la fuerza mental de Nadal, que es algo difícil de ver en cualquier otro deportista, y de Djokovic su juego agresivo.

-¿El glamuroso mundo del tenis tiene una cara oculta?

-Es verdad que viajamos mucho y a veces estamos muy solos, a lo que hay que añadir la presión de la competición, pero no hay nada más, aparte de mucho sacrificio. Yo, al menos, no soy tan mediática y mi agenda es mucho más sencilla y humana. Lo que podría hacer en Barcelona en un día a día lo puedo hacer en un torneo.

-¿Qué me puede decir de la Federación Española tras el enfrentamiento abierto que protagonizó hace poco más de un año junto a otras compañeras?

-Lo que hemos conseguido es que la Federación ahora nos escucha más y tiene en cuenta nuestra palabra. Ahora está todo más calmado y es bueno en el tenis femenino.

-¿Intenta convencer a Garbiñe Muguruza (hispano-venezolana) para que juegue con España?

-No, para nada. Garbiñe es una jugadora con un potencial enorme y sería un gran refuerzo. No la presionamos, es una elección muy personal, pero esperemos que, cuando tenga que decidir, por nuestro bien, juegue con España.

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