Kei Nishikori dio uno de los golpes del año al derrotar a Novak Djokovic para avanzar a la final del Abierto de Estados Unidos y llevar por primera vez a Asia a la definición de un Grand Slam.

El número 11 del mundo batió por 6-4, 1-6, 7-6 (7) y 6-3 al líder del ranking ATP. "No sé lo que está pasando, es una sensación increíble batir al número uno del mundo", dijo Nishikori, de 24 años, después de cerrar el triunfo tras una derecha de su rival que se marchó fuera de los límites de la pista.

El partido se jugó bajo condiciones extremas: 33 grados y un 70 por ciento de humedad. Casi se podría decir que el cemento del estadio Arthur Ashe iba a arder. Quizá por ello Djokovic cometió tantos errores, aunque más que la cantidad llama la atención la calidad: algunos de ellos fueron impropios de él, golpes de un jugador rendido y agotado.

Pese a todo, el reciente campeón de Wimbledon tuvo posibilidades de escribir un final distinto. Sacando 6-4, 1-6, 5-3 y 30-30, Nishikori estrelló una derecha en la red y cometió una doble falta para revivir al serbio.

Poco después, al ganar su servicio para igualar en cinco, el balcánico lanzó un alarido de esos a los que acostumbra apelar para intimidar al rival. Pero el grito no inmutó al nipón. En cambio, Djokovic parecía agotarse. Perdió con cinco errores propios el tie break del tercer set. Nadie duda de que Nishikori hizo lo que tenía que hacer, si bien es cierto que su rival le puso el triunfo algo más fácil tras fallar los dos últimos puntos cuando había remontado una desventaja de 4-0 hasta situarse 4-5.

Tras disputarse dos horas y 46 minutos de partido, Nishikori sumó 117 puntos ganados, por 120 de Djokovic, que cometió 35 errores no forzados por 34 de su rival, quien colocó un golpe ganador menos (37) que el número uno del mundo (38).

"Espero que esto sea una gran noticia en Japón. Confío en que, pese a la diferencia horaria, me hayan visto", concluyó Nishikori.