El Cádiz no levanta cabeza  y ayer volvió a encajar una goleada (2-5) en el Carranza que deja al equipo en una posición muy complicada. La afición acabó enojada y el futuro se presenta poco claro. Los amarillos cayeron humillados otra vez ante su verdugo en Copa.

Pronto se le puso al Cádiz el partido cuesta arriba. Iban Espadas, que ya marcó un golazo en el duelo copero, adelantaba al Arroyo en el minuto 5 al aprovechar un doble error defensivo de Moke y Albentosa. 

El equipo extremeño demostró desde el principio las razones de su privilegiada posición en la tabla. Neutralizaba la salida del balón de un Cádiz que deambulaba por el tapete. Mientras los amarillos no daban una a derechas, los arroyanos ganaban todas las acciones en la pugna por el balón y no tenían reparos en acercarse a la portería local. 

Los de Monteaguado no daban señales de vida salvo en una jugada aislada a balón parado de la que exprimían todo el juego para lograr el empate sin merecerlo. Fall hacia el 1-1 en el minuto 34.

La justicia se aliaba con el fútbol dos minutos más tarde, aunque de nuevo fuera como consecuencia de otro error de la zaga local. Carlitos firmaba el 1-2. 

De nada sirve marcar si después la defensa es un auténtico coladero. Fall se borraba del mapa con una agresión absurda a Buades que le costó la expulsión.

Nada más comenzar la  segunda parte, Edu Espada hacia el 1-3 para los extremeños.  Chirri firmó el cuarto de su equipo con un disparo que se tragó el guardameta Aulestia.Acortó distancias para los amarillos Moke a falta de diez minutos, pero Toni, justo después, volvió a abrir brecha y firmó una humillante ‘manita’ (2-5).