Duro revés para un Sevilla Atlético pésimo que no acaba de encontrar la regularidad. El Almería B se dio un festín de fútbol y goles a costa de un cuadro sevillista al que goleó por 0-5 con pasmosa facilidad y brillantez.

Poco se puede entender del Melilla ayer. De poder rematar a uno de los favoritos, a perder con una sensación de tibieza enorme, de poco daño, de pólvora mojada e ideas ofuscadas. Porque ayer cayeron con justicia ante un rival que resucitó de cara a su futuro tras una travesía tormentosa en sus últimos choques.

El Melilla buscaba mejorar su autoestima ante un equipo en recuperación, a su vez, de sí mismo, con heridas tras dos derrotas consecutivas ante rivales directos y un empate que supo a migajas en Arroyo, es decir, poco más de un diez por ciento de puntos en tres partidos, bagaje pobrísimo. Pero es que con ese dibujo emocional poco se podía esperar.