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Premio excesivo para el Espanyol (0-1)

  • La Real Sociedad no supo definir su claro dominio y Colotto resolvió casi al final

Un gol del argentino Colotto a doce minutos para el final le otorgó ayer una valiosa victoria al Espanyol en Anoeta, donde la Real puso el juego, pero mantuvo la ineficacia rematadora que venía evidenciando en las últimas jornadas.

El conjunto local, muy presionado por su derrota en la Copa ante el Córdoba, ejerció un claro dominio desde el pitido inicial, con muchas llegadas y poco peligro en contra. Agirretxe fue su jugador más activo en un primer tiempo en el que el guardameta Christian Álvarez desvió dos claras oportunidades suyas en sendos saques de esquina. El público reclamó a Paradas Romero un penalti en otra acción a balón parado que abortó bajo palos con el brazo el jugador del Espanyol Sergio García.

Sergio García fue precisamente el autor de la mejor ocasión del Espanyol para adelantarse en el primer periodo, en una jugada de pillos al botar una falta en la que el delantero catalán se encontró con la mejor versión de Zubikarai, que desbarató con su cuerpo lo que parecía ya gol. Illarramendi, de volea al borde del descanso, tuvo la gran ocasión de gol para la Real, pero volvió a aparecer la mano de Christian Álvarez para evitar lo que parecía también un tanto seguro.

Los donostiarras intensificaron el dominio en la segunda mitad, con Vela como conductor de juego y Agirretxe presto en el remate, eso sí, con escasa fortuna.

El conjunto barcelonés, consciente de que el punto era muy valioso en sus actuales circunstancias, estuvo cómodo en esta situación a pesar del riesgo que tenía estar demasiado cerrado atrás por el empuje realista y confiarlo todo al gran partido de Christian Álvarez.

Pero después de la labor de desgaste y al igual que ocurriera ante el Atlético de Madrid, la Real encajó el gol de su derrota en el tramo final del partido en un saque de esquina en el que Colotto estuvo listo para resolver el barullo en el área realista. Cuando quizá menos lo buscaba o lo esperaba, el cuadro de Mauricio Pochettino encontró un oportuno balón de oxígeno.

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