Cuatro triunfos seguidos en casa del Espanyol, ganador además de seis de sus últimos siete partidos como local, configuran el exigente reto del Atlético de Madrid en Cornellá-El Prat, un test de resistencia para el equipo rojiblanco con su séptimo encuentro en nada más que 21 días.
Por el esfuerzo físico que requerirá el propio duelo y un rival en forma y en racha, aspirante aún a las posiciones europeas; por el desgaste que acumula el conjunto madrileño en las últimas tres semanas, con partidos cada tres o cuatro días entre la Liga y la Liga de Campeones; y por la presión que conlleva la tercera plaza. Fallar sería darle alas a su perseguidor, el Sevilla.
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