Copa del Rey

Real Madrid y Barcelona se citan en la final de la Copa del Rey

  • Los azulgranas sellaron su pase con otra goleada ante el Almería y los blancos vencieron al Sevilla en el Bernabéu.

La Copa del Rey tendrá una final soñada entre el Real Madrid y el Barcelona, después que los blancos vencieran por 2-0 al Sevilla y los catalanes hicieran lo propio ante el Almería por 3-0. Así, Real Madrid y Barcelona se medirán en una final de la Copa del Rey 20 años después, un partido que promete superar los récords de audiencia en todo el mundo.

El estadio Santiago Bernabéu vivió una noche extraña a pesar de que su equipo llegó con la renta 1-0 conseguida en la ida. En el coliseo blanco hubo de todo: silencio, dudas, abucheos, tensión y, finalmente, ovación para los suyos. El Real Madrid se presentó en el partido con un disparo de Ángel Di María que se estrelló en el palo. Y casi inmediatamente llegó un lanzamiento de Cristiano Ronaldo que se fue fuera.

Sin embargo, el Sevilla no pareció asustado. Planteó el partido con serenidad, sin prisa, intentando jugar con la inquietud local. Llenó la medular de centrocampistas y consiguió ahogar a Xabi Alonso, una circunstancia que el Real Madrid sufre en demasía. El Real Madrid no dominó y por eso el estadio Santiago Bernabéu vivió muy nervioso. Y más cuando a los 11 minutos el Sevilla marcó con una preciosa vaselina de Alvaro Negredo. Pero el gol quedó anulado por fuera de juego, muy protestado por los visitantes.

La primera parte se mantuvo equilibrada, aunque la ocasión más clara correspondió al Real Madrid. A los 31 minutos, Cristiano Ronaldo se quedó solo delante de Javi Varas y estrelló el balón en el arquero. El portugués no está fino y su equipo lo acusa. El descanso llegó sin goles y con inquietud en la grada, que comienza a vivir con tensión cada partido de la temporada. Más pronto de lo esperado.

La segunda mitad comenzó hipotensa. No parecía una semifinal de Copa. El Real Madrid dominaba, pero sin autoridad, y el Sevilla prefería defender antes que dejar huecos. Su objetivo era llegar a los 70 minutos sin goles. El Real Madrid no tuvo una oportunidad clara hasta los 68 minutos, cuando Di María disparó desde cerca y Varas rechazó. Dos minutos después el Sevilla movió pieza y entró el delantero brasileño Luis Fabiano. Entonces el duelo sí pareció una semifinal.

El conjunto local vivía de Mesu Özil, espléndido todo el encuentro. A cambio, el Real Madrid siguió echando de menos una buena versión de Cristiano Ronaldo. Al portugués le falta esa quinta velocidad que exhibió hasta hace sólo un par de semanas. El Sevilla arriesgó todo al poner en el campo de Diego Perotti en lugar de Romaric. El partido se volvió loco, con el Real Madrid sumando contraataques peligrosísimos. Y en uno de ellos llegó la sentencia. A siete minutos del final, el Sevilla tiró mal la línea y Özil se quedó delante de Varas. El alemán quebró al arquero y marcó con toda la clase que tiene. El Sevilla se rindió y el Real Madrid se quedó con la final, sentenciando su pase con un gol de Emmanuel Adebayor, su primero con la camiseta blanca. Pero el gran protagonista del pase habla idioma alemán y se llama Özil.

En la otra semifinal, el Barcelona completó su pase a la final de la Copa del Rey al golear por 3-0 en su visita al Almería tras un encuentro de trámite. Josep Guardiola, técnico del Barcelona, se permitió el lujo de alinear un equipo lleno de suplentes debido a la ventaja 5-0 lograda en la ida. Por ejemplo, el argentino Gaby Milito vivió su primer partido como capitán azulgrana.

Y lo cierto es que los futbolistas menos habituales respondieron a la perfección. Ayudó el Almería, que también jugó con sus suplentes. El brasileño Adriano aprovechó la oportunidad para marcar a los 34 minutos su primer gol como jugador del Barcelona. Fue tras una perfecta jugada personal.

La segunda mitad se abrió con un gol de cabeza del canterano Thiago Alcántara, una de las nuevas perlas de la cantera azulgrana. El Barcelona completó la goleada a los 65 minutos gracias a un tanto del holandés Ibrahim Afellay, último jugador en llegar al Barcelona, quien también anotó su primer gol en su nuevo destino. El conjunto azulgrana vuelve a una final de Copa del Rey después de dos años, cuando conquistó el torneo al ganar por 4-1 al Athletic de Bilbao en 2009.

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