Dicen los libros sagrados que la significación de Bernabé es "el esforzado", "el que anima y entusiasma". Con esa lema se presentó ayer en Chapín Bernabé García, el colegiado del partido, quien 'se esforzó y animó' el derbi andaluz para que el Xerez ganara. El murciano, con el que el Deportivo aún no ha ganado, estaba decidido a romper estadísticas, tanto es así que a la media hora expulsó a Ito por doble amarilla de risa.

Pero ya se sabe que en esto del fútbol cuántas más ganas tengas de querer hacerlo bien peor te salen las cosas. Dicho y hecho. Y es que el Xerez completó la primera parte de la Liga más lamentable, que ya es decir, pero la roja al jugador cordobesista cambiaba la perspectiva del partido.

La expulsión abrió los ojos a una afición que hasta entonces había estado aletargada, por decirlo de manera fina, porque más de uno pegó una cabezadita de lo malísima que fue la primera parte. Algunos vieron el cielo abierto: "Hoy ganamos seguro, con uno menos al Córdoba le metemos dos"; y otros, los pesimistas de pro, no lo pintaban todo tan bien: "Como no ganemos hoy no hay quien nos salve este año".

Al menos en la segunda parte se vio algo más, aunque sólo fuesen veinte minutos, pero se vio. Lo malo sería que el muerto no diese señales de vida. Los cambios y el empuje de la afición despertó al Xerez. Mendoza subió la banda como sabe hacer, Moreno y Bajic fueron sólidos, Portela asumió el rol de veterano y Samuel tiró el carro como pudo. A ello se unieron los cambios de Antoñito y de Abel, que dieron frescura y aportaron calidad porque el sevillano tocó dos balones y generó dos faltas al borde del área. ¡Qué pena que las pilas sólo le duraran diez minutos!

El problema es que ya no me acuerdo cuándo el Xerez marcó de falta directa. Creo recordar que la última la metió Cachorro (al que algunos siguen empeñados en descalificar) en La Juventud contra el Málaga en Copa. Todo este tipo de jugadas acaban en la barrera, por no hablar de la estrategia, que parece haber cambiado algo con Casuco, pero su ejecución es similar a la de un equipo infantil. Menuda porquería. Al final otro empate y gracias a Porato, de nuevo genial.