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Sigue sin parecer un adiós

  • 20 años después del trágico fallecimiento de Juanito, su mito, lejos de menguar, se agiganta · "No hay nadie que piense que esta leyenda se pueda perder, Juan es un recuerdo diario", enarbola su hermano José

El tiempo se detuvo para Juan Gómez González en el kilómetro 161,600 de la Nacional V. Calzada de Oropesa (Toledo) se llevó a un futbolista entre un camión de troncos, pero impulsó una leyenda que, lejos de perder vigencia, se enraíza cada vez más hondo en las entrañas del fútbol. La de Juanito. Ayer se cumplieron 20 años de su ausencia, que es sólo física. Resulta emocionante comprobar cómo el mito vive intensamente entre los que tuvieron la suerte de tratarle y hasta de los que, sin conocerle, le veneran. "Juan vivía por y para los demás", coinciden en señalar los que le conocieron. Ahora el maestro es una herencia infinita, son los demás los que no le dejan irse del todo.

Hay historias de él esparcidas por toda España. En Fuengirola, la Peña Juanito, puerta de la escondida Plaza del Yate, puede considerarse el kilómetro 0 de quienes le profesan su devoción. Por ahí camina recolocándose continuamente los pantalones José Gómez, su hermano. El local recibe con el mismo bullicio de una taberna con solera. Aunque al salón interior se entra como cuando se accede a una catedral. Como si Juan estuviera dentro. En esencia lo está. Las estanterías cuelgan repletas de trofeos, del Memorial de Juanito, de la peña o de amigos de ella. Los trofeos de José están más abajo, un rosario de fotos a modo de museo de un Juanito blanco, rojo, blanquiazul y torero. Entre ellas, una eriza la piel de su hermano, la que cree que mejor define el espíritu de Juanito: "Los jugadores, los títulos, los días de gloria pasan... Sólo el escudo, la bandera y símbolos como tú viven eternamente. Juanito, no te olvidamos", reza la panorámica de un tifo de los Ultra Sur en el Fondo Sur de Chamartín. "Eso es mi hermano", apostilla con emoción.

En la peña no necesitan invocarle, acude solo. "Si estamos viendo cualquier encuentro, suele saltar alguno y decir 'Eso no lo fallaba Juan', o 'Ay, si Juan estuviera en este partido'. Si no, ponemos un vídeo de él o nos enganchamos a alguno de los muchos reportajes que echan", aclara el regente del local.

"Juanito es un recuerdo diario en Fuengirola. Está en todas partes", luce orgulloso José, quien matiza que sólo una vez al año les puede a él y los suyos la nostalgia, el aniversario de su adiós: "Ese día me levanto mal. Y en la misa que se hace para conmemorarle me pongo muy triste. Es que era el símbolo de la familia".

La onda expansiva de su devoción llega a tantos lugares como gente conoció. Da fe de ello David Rodríguez, autor del libro "Juanito, el genio de Fuengirola", publicado el año pasado. Tras once meses y alrededor de 40 entrevistas, llegó a dos conclusiones: que tenía que escribir al menos una segunda parte, en la que ya trabaja; "y que han pasado 20 años, pero a medida que pasa el tiempo, se habla aún más de él. El mito va in crescendo".

No hay que salir de Málaga para encontrar a personajes nucleares en la historia de Juanito, gente que se siente más capaz de definirlo desde el corazón que desde la memoria: "Me acuerdo de él casi a diario, siempre se empeña en aparecer por todos lados. El otro día estaba arreglando mi despacho en la planta de abajo y me encontré cuatro hojas con apuntes suyos del curso de entrenador. Es un calentamiento escrito con su puño y letra y firmado por él. Y aquí lo he dejado bien guardado, por si un día lo quieren sus hijos", narra Antonio Montero Nene, su gran amigo en la etapa de final como entrenador, y que siempre habla del maestro en presente.

"A mí me tiene pillado por todos lados; se fue el día del cumpleaños de mi exmujer y jugamos su partido de homenaje un 4 de octubre, día de mi santo. Tengo muchas fotos de él pero guardadas. No las necesito, esa parte de mi vida la tengo bien atada. Yo cumplí mi meta en la vida, jugar con él", relata un emocionado Paco Pineda, otro de los que puede presumir de haber compartido éxitos en la casa blanca.

"Me trató como un padre y con él viví títulos, grandes noches y hasta coincidimos al irnos del Madrid. Pero la mejor forma de pulsar el gran corazón de Juanito la comprobé al llegar al Mérida. Yo fiché en el junio posterior a su accidente. Era tremendo el pesar que había en la ciudad, en los dirigentes, en ese vestuario. Lolino, el preparador físico que conducía el día del suceso, estuvo en tratamiento psicológico mucho tiempo. Hablaban mucho de él, pero se hacía el silencio al nombrar el accidente", define Pepe Salguero.

Allí en Madrid, su paisano Fernando Hierro pudo comprobar de primera mano lo que iba a ser: "Ya era un mito cuando llegué. Su carácter, alegría y simpatía le hacían alguien inolvidable. Ahora pertenece a la historia del fútbol".

José Gómez tiene claro que su figura irá a más cada año. "Después de 20 años, no hay nadie que piense que esto se puede perder. El Ayuntamiento nos apoya siempre, incluso el partido que esté en la oposición, la Peña Juanito, los colaboradores, el Real Madrid, la gente anónima, los Ultra Sur, la prensa, que tanto cariño nos da siempre, los vecinos...". Su amplia descendencia, de dos matrimonios distintos, siente la obligación de mantener la llama de su recuerdo, "como si fuera una empresa familiar". Roberto, uno de sus vástagos en Fuengirola, es el que más reliquias del mito posee. La casa de los padres de Juanito, ahora cerrada, es otro pequeño gran tesoro.

"El mito de Juanito no se apagará nunca; el 7 pesa mucho, advierte Paco Pineda. Le da la razón Salguero: "Ese número mantiene viva la llama de Juanito. Lo han vestido Di Stéfano, Butragueño. Raúl, Cristiano... Pero el 7 es de quien es". Mañana será de resaca de grandes reportajes. Desaparecerá la efervescencia, pero no el genio, como los célebres enfados del maestro. Y el recuerdo volverá a ser íntimo, como el de Nene: "El miércoles santo salen Ánimas de Ciego. Como cada año, le pondré una vela a mi padre, a mi padre y a mi Juan. No hay que ir tanto a los cementerios. Yo lo tengo en mi mente y sigue siendo mi amigo".

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