El Barcelona bajó al Real Madrid de su nube y el equipo blanco se dio un enorme golpe. Ahora el club blanco se lame las heridas y vive su dolorosa resaca en silencio y entre críticas.

Madrid amaneció con frío y lluvia, el decorado más indicado para el día después al 5-0 encajado por el Real Madrid ante el Barcelona. Y, como siempre tras una debacle, es tiempo de buscar responsables.

Aunque no hay explicaciones. Porque el Real Madrid, siguiendo órdenes de José Mourinho, decidió que los jugadores no debían hablar. Sólo lo hizo Xabi Alonso en televisión a pie de cancha, aún sudoroso.

En la búsqueda de culpables nadie se salva: ni el entrenador, ni los jugadores, ni los directivos... A Mourinho le reprochan que en el primer partido exigente de la temporada el equipo blanco se llevara una goleada. A los jugadores se les acusa de idolentes. Y a los directivos se les achaca una eventual inconsistencia de un proyecto que sufrió su primer gran revés.

El técnico del Real Madrid concedió día libre a sus jugadores. El silencio continuó también el día después, en el que el club prohibió a los futbolistas hacer declaraciones.

Fue una decisión insólita en la historia reciente del Real Madrid. Hace dos temporadas, cuando el equipo blanco perdió en casa por 2-6 ante el Barcelona, salió el delantero Raúl, entonces capitán, para decir: "Pedimos perdón a los aficionados por la imagen que hemos dado".

Esta vez no hubo ni petición de perdón. "Los jugadores prefieren hacer silencio antes que equivocarse", intento justificar Jorge Valdano, director general del club.

También hubo tensión en el viaje de vuelta, pues algunos periodistas levantaron la voz para protestar por la prohibición de grabar imágenes en el avión. El club tampoco lo permitió.

De esta forma, los jugadores y técnicos tuvieron que pasar el día leyendo los amargos titulares de prensa. "Goleados y desquiciados", tituló As. "Bofetón al Madrid", añadió Marca.

Lo curioso es que tuvo que ser Xavi, jugador del Barcelona, quien más se acercó a explicar el sentimiento que tiene el Real Madrid. "Ya estarán bastante jodidos", dijo el centrocampista azulgrana.

Ahora le corresponde a Mourinho recuperar la confianza de una hinchada que hasta la pasada semana veía a su equipo con capacidad para competir con el Barcelona de igual a igual.

El Real Madrid recibirá el sábado al Valencia porque la vida sigue. Por fortuna para Mourinho, quien necesita inventar algo rápido para recuperar la credibilidad de un proyecto que se tambaleó al primer manotazo.