La sesión de clasificación del Gran Premio de Bélgica fue, sin duda, la más sorprendente del presente Mundial y una de las más inesperadas de los últimos años, ya que se podría decir que en Spa se vivió el mundo al revés.

Sólo siete días después de que los McLaren arrasasen en la calificación del Gran Premio de Europa, en Valencia, las flechas plateadas del británico Lewis Hamilton y el finlandés Heikki Kovalainen fueron incapaces de alcanzar la Q3. Además, todo lo apuntado por los equipos el viernes no sirvió de nada: ni Red Bull se paseó ni los Toro Rosso completaron la mejor calificación de la temporada.

Una situación similar vivió Fernando Alonso (Renault), con sensaciones positivas tras la primera sesión, pero ayer su R29 no pasó de la segunda ronda de calificación. Al asturiano no le queda otra que esperar una carrera caótica en la que él no se vea afectado para intentar una remontada.

Pero lo que realmente dejó perplejo a todo el mundo, a falta de saber las cargas de combustible, fue la pole de Giancarlo Fisichella (Force India), quien logró la primera plaza de la parrilla más tres años después de que lo hiciese en el Gran Premio de Malasia de 2006 con Renault.

Salvo la inclusión del brasileño Rubens Barrichello (Brawn GP) y el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) en la cuarta y sexta plaza, respectivamente, el resto de posiciones de la primera a la séptima es, como poco, inesperada. Al lado de Fisichella estará su compatriota Jarno Trulli con su Toyota.

Siguiendo con las sorpresas con respecto a lo que ha sido la temporada, los dos BMW partirán en la tercera y quinta plaza, la primera de ellas para el alemán Nick Heidfeld y la segunda del polaco Robert Kubica.

En medio de ambos estará Barrichello, segundo en la lucha por el Mundial y el gran beneficiado de la calificación, ya que si los Red Bull son octavo (Sebastian Vettel) y noveno (Mark Webber), su compañero y líder del campeonato, el británico Jenson Button, sale decimocuarto.

Por último, para Alguersuari, en su tercer gran premio, quedar fuera en la Q1 puede suponer un pequeña decepción, pero el coche no andaba tan fino como parecía en los entrenamientos.