Fútbol l Liga BBVA

Suicidio en el Manzanares

  • Un pésimo Atlético colma de regalos a un notable Athletic, que no los desprecia

Un partido desastroso ratificó la crisis del Atlético de Madrid, que regaló tres puntos más, esta vez al Athletic, muy superior ayer en el Vicente Calderón, donde ni siquiera su desventaja en el marcador al cuarto de hora evitó su convincente triunfo (2-3) ante un rival sin fútbol ni capacidad de reacción.

Los bilbaínos, que ya acumulan siete encuentros consecutivos sin perder, completaron un choque notable, en el que un gol de Koikili y un par de regalos defensivos sentenciaron al equipo madrileño, que acumuló su tercera derrota seguida, una racha que deja en una situación comprometida a su técnico, el mexicano Javier Aguirre.

Sólo un golpe de fortuna al cuarto de hora, con un disparo de Antonio López que tocó en Ion Vélez en su trayectoria a portería y que se convirtió en el 1-0, ofreció ventaja en el marcador al conjunto local, una renta, hasta ese momento, excesiva tras la igualdad y las mínimas oportunidades para ambos equipos.

Ese gol tampoco dio tranquilidad al Atlético. Dio ánimos al Athletic, que se sintió más cómodo y más incisivo sobre el césped del Vicente Calderón con el paso de los minutos, beneficiado aún más por la fragilidad defensiva del equipo madrileño, que naufragó en cada ataque rival, en cada balón aéreo, en cada saque de esquina.

Ni siquiera el checo Tomas Ujfalusi, el más regular hasta la fecha en la zaga rojiblanca, convencía en las tareas defensivas, en las que Álvaro Domínguez, una de las novedades del once, era superado por los arietes bilbaínos en cada acción y en las que el griego Seitaridis ni se enteró de que había comenzado el partido.

Y ahí creció el Athletic, que tardó más de veinte minutos en darse cuenta del chollo.A la ventaja del equipo local hasta ese momento también habían contribuido los delanteros visitantes, que se movían bien en sus acometidas sobre la portería rival, pero que perdonaron con remates fallidos hasta que apareció Koikili, el lateral zurdo, para lanzar un trallazo desde lejísimos que sorprendió descolocado a Leo Franco.

De nada sirvió la bronca del público en el intermedio ni la acción inicial de Agüero, derribado en el área cuando había dejado atrás a dos rivales -el árbitro no señaló penalti-, porque el Atlético mantuvo su generosidad defensiva, esta vez por medio de Ujfalusi, al que Llorente le arrebató el balón como último hombre.

El desenlace de esa jugada fue el 1-2 (49'), después de que el fallido despeje de Domínguez acabara en su portería, donde también finalizó, instantes después, otro saque de esquina del Athletic, anulado por fuera de juego, en un momento crítico para el Atlético, también sin capacidad de reacción en el comienzo del segundo tiempo.

La confirmación llegó a 25 minutos para el final del choque, cuando una jugada de Gabilondo por la banda derecha la culminó Fernando Llorente, que, solo en el área, redondeó su buen partido con el 1-3, el golpe definitivo para el Atlético, desastroso en defensa y desaparecido en ataque, salvo alguna acción aislada.

Aun quedaban más contratiempos para el conjunto madrileño. Del partido se marchó con roja directa el portugués Maniche, tras una durísima e innecesaria entrada en el centro del campo. Forlán maquilló al final el marcador.

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