Enfundada en un atuendo negro al estilo de una superheroína, Serena Williams regresó a un Grand Slam con una victoria ante Kristyna Pliskova en su estreno en Roland Garros.

La estadounidense, ex número uno del mundo, esperaba ese momento desde hacía mucho tiempo: no había jugado en un grande desde que conquistó el Open de Australia a principios de 2017, cuando ya estaba ya embarazada.

La campeona de 23 Grand Slam volvió a las pistas en marzo, pero el de el martes, en la pista principal de Roland Garros, fue su verdadero regreso.

Y la menor de las Williams, aun con cierta falta de fluidez por los meses inactividad, no decepcionó: consiguió la victoria en dos sets y en poco menos de dos horas.

Después del partido, Serena dijo que se sintió como una "superheroína". No iba desencaminada, a tenor de su atuendo. Según contó, estaba inspirado en el cómic Black Panther. "Parecía una princesa guerrera de Wakanda (un país ficticio del mencionado cómic). A pesar de que lo diseñamos antes de la película, me recuerda un poco a eso", contó.

"Este traje representa a todas las mujeres que han atravesado por mucho mental y físicamente con sus cuerpos para volver y tener confianza y creer en ellas mismas", añadió. Pero el traje también tiene la utilidad de ayudarla en la circulación de la sangre. "Volver del esfuerzo físico de tener un bebé, a mi edad, nunca es fácil", se sinceró.

"No me estoy poniendo ninguna presión como normalmente hago. Estoy aquí para competir y hacer lo mejor que pueda. Espero que los resultados que sigan apareciendo", concluyó.