Tokio fue elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2020 al imponerse a Estambul en la votación final de la asamblea general del COI realizada en Buenos Aires, tras la eliminación en primera instancia de Madrid. La máxima cita del olimpismo regresará así a la capital japonesa tras los Juegos de 1964. Pese a las dudas por la reciente fuga de la planta nuclear de Fukushima, Japón terminó convenciendo a los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) en una tormentosa tarde en la capital argentina. "Logré aclarar varios malentendidos. En especial sobre la situación de las aguas contaminadas en Fukushima, que pudieron ser aisladas", había asegurado el primer ministro Shinzo Abe antes de la votación.

La capital japonesa se había impuesto ya en la primera votación, en la que Madrid y Estambul debieron acudir a un inusual desempate. Para Madrid, fue su tercera derrota consecutiva en elecciones por sedes olímpicas tras ser tercera en 2005 en Singapur para los Juegos de 2012 y segunda en 2009 en Copenhague para los de 2016. MIentras, Estambul aspiraba a organizar los primeros Juegos de la historia celebrados simultáneamente en Europa y Asia.

Tokio ganó a Estambul por 60 votos a 36. En la primera ronda, Madrid y Estambul empataron a 26 votos, por 42 de Tokio; en el desempate para decidir la primera eliminada, Madrid cayó al quedarse en 45, por 49 de Estambul. Tokio marchó por delante desde la primera votación y casi dobla a Estambul en la ronda definitiva. El resultado, 60-36, recuerda al de hace cuatro años, cuando Río de Janeiro derrotó a Madrid por 66-32. Los 26 votos de Madrid son el resultado más pobre que obtiene la ciudad española en sus tres candidaturas consecutivas. Tanto Madrid 2012 como Madrid 2016 obtuvieron un máximo de 32 votos, por lo que este tercer intento no ha sido solo el de la eliminación más temprana, en primera ronda, sino también el del peor resultado.

El fin del sueño olímpico de Madrid

Madrid no fue la capital olímpica del deporte, sino la capital olímpica del silencio, el despertar más amargo de un sueño que se esfumó otra vez. La ciudad española lo tenía preparado todo para una gran fiesta, pero los fuegos artificiales, el confeti, el champán y la alegría se quedaron en los bolsillos. En la Puerta de Alcalá, corazón de la capital, se instaló un enorme escenario con pantallas gigantes y allí acudieron artistas, cantantes y deportistas que brindaron su apoyo a la candidatura. Durante ocho horas, se fueron alternando actuaciones musicales, infantiles y deportivas, al tiempo que se proyectaban conexiones en directo a través de pantallas gigantes con el hotel Hilton de Buenos Aires. Por allí desfilaban músicos como Manu Carrasco, Pastora Soler y Carlos Baute, a volumen atronador, mientras decenas de miles de ciudadanos bailaban y cantaban maquillados con los colores de la candidatura olímpica. Cerca de 70 medallistas olímpicos españoles también se dejaban ver por el escenario.

Las noticias corrían a medida que avanzaba la tarde: "¡Madrid sube en las apuestas!", voceaban las emisoras de radio. "¡Podemos, podemos!", gritaba la multitud. "¡Por fin es nuestro!", jaleaban los representantes políticos. Pero buena parte de la voluntad inicial se quebró cuando se anunció el empate entre Madrid y Estambul. Nadie contaba con la candidatura turca como rival española. El gran mazazo llegó con el anuncio que nadie quería escuchar: "Estambul es la finalista con Tokio".

Entonces, los payasos de la fiesta se limpiaron el maquillaje, las bailarinas se quitaron las zapatillas y el camarero guardó las copas. No había nada, absolutamente nada, que celebrar. No había ya nada que hacer y los ciudadanos madrileños, aquellos que hasta hacía sólo unos minutos perdían la voz gritando y las piernas saltando, enfilaron el camino de vuelta a casa. Madrid, una ciudad que revive con la llegada de la noche, esta vez parecía cualquier otra urbe que se va a dormir a las diez de la noche. Ni ruidos de claxon, ni banderas, ni cánticos.

Fue la tercera vez consecutiva que Madrid pierde su sueño. Y por el abatimiento mostrado en esta ocasión, cabe pensar que al madrileño se le ha agotado ya su capacidad de creer en albergar unos Juegos Olímpicos. Con el inicio de la nueva semana, volverán las preocupaciones de siempre: el desempleo, la corrupción, los impuestos, la inseguridad. Y tampoco esta vez los Juegos Olímpicos serán una esperanza tangible a la que agarrarse. Nunca un sábado fue tan silencioso en Madrid, capital olímpica de la tristeza.

Madrid había ofrecido una potente y emotiva presentación

La candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2020 ofreció a los miembros del COI con una presentación de alta factura técnica y potencia emotiva. "Toda España quiere estos Juegos", dijo el príncipe Felipe, que recordó el impacto que tuvo Barcelona 92 para su generación. "Esta generación necesita volver a sentir eso", añadió el heredero de la corona, que enfatizó que la de Madrid es una ambición de larga data. "Madrid 2020 se basa en los logros tangibles de las candidaturas anteriores. Cumplimos con nuestras promesas"

Pero el discurso del príncipe no fue el único momento en el que Madrid -cuya presentación desapareció durante ocho minutos de las pantallas debido a un corte en la conexión de internet- emocionó a los miembros del COI. Juan Antonio Samaranch (hijo), abrió con una broma: "Les deseamos suerte a Tokio y Estambul, quizás sólo para 2024". La candidata turca y la japonesa habían ya presentado sus proyectos de cara a la votación que celebrará el COI. "La mejor solución para minimizar riesgos es elegir una ciudad que se venga preparando desde hace tiempo", enfatizó Samaranch. "Madrid 2020 no es una candidatura de promesas y sueños, porque ya los construimos", insistió. "Madrid tiene sentido, ahora más que nunca".

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llegó tras 16 horas de vuelo desde la cumbre del G20 en San Petersburgo y buscó despejar cualquier duda económica acerca de España. "Madrid presenta una candidatura sólida, segura y fiable, como puso en evidencia el informe de la comisión de evaluación del COI", dijo Rajoy antes de lanzar una frase de impacto: "Madrid 2020 tal vez presente la base financiera más razonable y responsable en la historia olímpica reciente". "Los números no mienten", insistió. "España está liderando el crecimiento de las exportaciones en la zona euro. Nuestra recuperación económica se está produciendo con un histórico superávit de cuenta corriente". "El olimpismo encontrará su hogar y su casa en Madrid. Un aliado confiable y fiable para los próximos siete años".

Mientras Rajoy habló en español, Ana Botella, la alcaldesa de Madrid, lo hizo en un esforzado pero correcto inglés. "Madrid es divertida. Los Juegos no son sólo una celebración del deporte, son una celebración de la vida. Les puedo asegurar que nadie celebra la vida como los españoles".

Tras el corte de transmisión se vio hablando a Theresa Zabell, dos veces medallista de oro en vela. Un vídeo en el que el tenor Plácido Domingo, el cantante Alejandro Sanz y el actor Antonio Banderas insistieron en que "Madrid tiene sentido" recibió calurosos aplausos, que crecieron en intensidad tras otro logrado video, el que transformaba la Plaza de España en la Plaza del Mundo. Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), aseguró, ya en el turno de preguntas del COI, que su país está trabajando para acabar con "la lacra" del dopaje.