El delantero galés Gareth Bale se presentó ayer en el campo de entrenamiento de su equipo, el Totthenham Hotspur, entre crecientes rumores de su inminente fichaje por el Real Madrid. El joven extremo, de 24 años, fue la gran ausencia de los Spurs el pasado sábado en el estadio Louis II, donde el Mónaco de Radamel Falcao se impuso con autoridad al club inglés por 5-2. Bale, que durante la pasada campaña marcó 26 goles para el equipo entrenado por el portugués André Villas-Boas, no ha jugado con la camiseta del Tottenham desde el 16 de julio.

Mientras, el director del Tottenham, Keith Mills, subrayó la dificultad de retenerlo. "Queremos sin duda que Bale se quede, pero si un jugador está desesperado por marcharse, es muy complicado obligarle a que se quede", señaló Mills en declaraciones al London Evening Standard. El veterano directivo del conjunto inglés sabe que esta situación tampoco es nueva en el fútbol moderno. "Esto es algo que hemos visto en otros clubes. Incluso si tiene contrato, no puedes forzarlo a jugar para ti".

Además, recordó que sin jugar la Liga de Campeones todo es más difícil. "Ése es precisamente el tema. Así que este verano estamos invirtiendo en tener un gran equipo que esperamos que nos lleve a la Champions el año que viene y con el que empecemos a ganar trofeos", aseguró.

Para ello, los Spurs han desembolsado casi 50 millones de euros para fichar al mediocentro brasileño Paulinho y al delantero español Roberto Soldado. Precisamente éste, en su primera entrevista en la web del club inglés, se mostró encantado de pertenecer a un equipo que "se aferra al balón y ataca". Soldado, de 28 años, entró en las filas de los Spurs, con las que ha firmado por cuatro temporadas por 30 millones de euros. "Me encanta jugar en un equipo que se aferra al balón y ataca. Es el estilo de André (Villas Boas) y es bueno, para los aficionados y para el equipo", señaló el delantero valenciano, que se siente "absolutamente honrado" de jugar aquí.