El Valencia, a falta tan sólo anoche de la confirmación oficial, decidió ayer destituir al técnico holandés Ronald Koeman cinco días después de la conquista de la Copa del Rey y su sustituto será el antiguo jugador Salvador González Marco Voro, hasta ahora delegado del equipo, para los cinco partidos que quedan de la Liga.

El Consejo de Administración también comunicó los despidos de los ayudantes de Koeman, José Mari Bakero y Toni Bruins Slot, junto con Miguel Ángel Ruiz, director deportivo, y el jerezano Antonio Fernández, secretario técnico. Así acabó una serie de reuniones que duró algo más de 12 horas.

Koeman deja el equipo entre enormes críticas a su trabajo y personalidad, con el Valencia clasificado en la 15ª posición de la Liga española, a dos puntos de los puestos de descenso y con un calendario complicadísimo hasta el final de la temporada.

Pero el holandés no se marcha con las manos vacías, pues el Valencia tendrá que hacer frente a un contrato que incluía lo que resta de temporada y dos más; en total, el finiquito le costará cerca de 10 millones de euros.

Koeman pasará a la historia como el técnico despedido cinco días después de la conquista de la Copa del Rey de 2008, después de derrotar al Getafe por 3-1. Pero el equipo regresó el domingo a la cruda realidad de la Liga española y cayó por un inapelable 5-1 en su visita al campo del Athletic, el principio del fin.

En realidad, fue la crónica de una muerte anunciada, pues los rumores de despido circularon incluso cinco minutos después de la conquista de la Copa del Rey. Para entonces, Koeman se había ganado la enemistad de todos: directivos, buena parte de la plantilla, prensa y afición.

De hecho, cuando recibió el trofeo de la Copa del Rey en el palco del estadio Vicente Calderón tuvo que escuchar el grito de su propia hinchada que le acompañó durante el último mes: "¡Koeman, vete ya!". No se fue, sino que le despidieron; la diferencia entre ambos conceptos la marcan los 10 millones de euros que recibirá.

Ahora, el panorama del club es enormemente sombrío, pues el equipo afronta un calendario que impresiona, con enfrentamientos ante Osasuna, Barcelona, Zaragoza, Levante y Atlético de Madrid.

Nadie en Valencia quiere recordar aquel mayo de 1986, cuando el equipo descendió a Segunda División. Mientras tanto, aumenta la incertidumbre sobre el futuro de jugadores como Villa, Silva, Joaquín, Marchena, Edu o Banega.

Voro, casi sin experiencia en los banquillos, será ahora el encargado de intentar salvar al Valencia del desastre, de convertirse en el primer equipo español de Segunda en disputar la Copa de la UEFA.

"No hay cosa más bonita que el club se acuerde de ti en un momento así", afirmó Voro después de confirmar la noticia de su inmediata incorporación al banquillo del Valencia.