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Vida en el campamento

  • Los integrantes de la caravana descansan en lugares de gran espacio situados en diversos emplazamientos

El público boliviano aguarda la llegada de una caravana del Dakar tras la suspensión de la jornada.

El público boliviano aguarda la llegada de una caravana del Dakar tras la suspensión de la jornada. / JUAN CARLOS TORREJóN / efe

El corazón del Dakar son sus campamentos. Es allí donde transcurre buena parte de la acción una vez que las etapas han llegado a su fin. Están emplazados en lugares muy distintos, aunque tienen en común un gran espacio para poder albergar durante 24 horas a las cerca de 2.500 personas que forman parte de la caravana.

En las primeras etapas en Argentina, el Dakar se instaló en el Autódromo Yaco Guarnieri de Resistencia, en la provincia de Chaco, en el Hipódromo de Tucumán y en la Ciudad Cultural de Jujuy. Ya en territorio boliviano se eligieron lugares a las afueras de Tupiza y Oruro. Estos dos últimos vivacs (campamentos) reflejaron algo del espíritu dakariano al ser zonas alejadas de la urbe y sin estructuras urbanísticas.

En La Paz se instaló en predios del Colegio Militar que está en el residencial barrio de Irpavi, al sur de la sede de Gobierno de La Paz. Pero más allá de dónde se instalen los vivacs, lo impactante es su nivel de organización. Un restaurante en forma de u alimenta a pilotos, integrantes de los equipos, miembros de la organización y periodistas durante todo el día. El desayuno, el almuerzo y la cena tienen sus horarios, pero aquellos que llegan rezagados por algún motivo siempre tienen a su disposición un plato de pasta.

En esta misma zona se encuentra El Central, un salón de estar que hace las veces de sector para los invitados especiales y un punto de encuentro para la reunión de pilotos que se hace todos los días a las 20:00 horas para comunicar novedades de la etapa del día siguiente.

Los organizadores tienen su lugar en el PCO, un puesto de control que cuenta con la tecnología necesaria para realizar el seguimiento on line de todos los competidores.

También hay una zona para las autoridades deportivas, una sala de edición para la televisión oficial, un hospital de campaña que cuenta con 60 profesionales, la sala de prensa que alberga a los 80 periodistas que siguen toda la carrera y un helipuerto para los siete helicópteros que participan del operativo de seguridad.

Los equipos ocupan la mayor zona del campamento, que, en total, suele cubrir unas seis hectáreas. Hasta el año 2012 el lugar ocupado para los participantes era tierra de nadie y se resolvía de una manera muy anárquica: el que llegaba primero elegía su sector y lo delimitaba con cintas de plástico. Al no haber ningún orden, muchas veces el tránsito por el lugar se tornaba caótico.

Hubo cambios en 2013 cuando se contrató a un especialista que ordenó la zona de competidores. Desde entonces cada estructura tiene un lugar asignando con anterioridad y su tamaño está relacionado con la cantidad de vehículos que asiste. Toda la zona está dividida por calles internas señalizadas para hacer más fácil su ubicación.

Además, personas de la organización reciben a los equipos a medida que van llegando y los guían hasta su lote correspondiente para evitar confusiones. De esta manera, se gana en tiempo y en seguridad, ya que las calles también permiten realizar de manera eficiente cualquier tipo de evacuación ante un caso de emergencia.

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