El Xerez Club Deportivo de Baloncesto, pese a los cambios, sigue sin levantar cabeza y cosechó el sábado una nueva derrota, en esta oportunidad ante el Torta del Casar Extremadura en el Ruiz-Mateos por 54-73.  Fernando Roldán, técnico xerecista, no dudó a la hora de admitir que "la derrota ha supuesto una gran decepción porque teníamos muchas esperanzas puestas en este partido".

El equipo experimentó una clara mejoría en defensa y en el cierre del rebote, ya que incluso fue superior al rival al capturar 40 rebotes frente a los 35 del equipo visitante, con un Abdoulaye Niang destacando con sus 10 capturas y un Ogbonna Uchechi, con 7. Además, Cian Sullivan continúa aportando intimidación en la zona con un total de cuatro tapones. Fueron también importantes las aportaciones de Abraham Silva con 8 puntos y 3 rebotes antes de ser expulsado por cinco faltas personales.

Pero con eso no fue suficiente y el desacierto ofensivo quedó patente con los 18 tiros de campo acertados de 60 intentos y las 22 pérdidas de balón. El MVP del encuentro se lo llevaron Eduardo Recio y el local Uchechi Ogbonna, que a los 11 puntos y siete rebotes sumó dos robos, un tapón y siete faltas recibidas.

El partido comenzó de manera esperanzadora para el cuadro local, que en el primer cuarto mostró una gran imagen, con equilibrio defensivo y ofensivo ante un rival parejo en cuanto a juego. A partir del segundo cuarto comenzó a aparecer el desacierto xerecista, desorden que quedó patente en el último cuarto, en el que el equipo azulino logró su primera canasta a falta de 2.33 para el final.

Roldán, decepcionado

"Aunque empezamos muy bien en la primera parte, el Torta del Casar tuvo un acierto increíble en el tiro de tres, llegando al descanso con nueve tiros convertidos, que les mantuvo por delante en el marcador. En la segunda parte, pudimos mejorar la defensa, pero nuestro ataque fue nulo y así es imposible", subrayó Roldán, que se ha sentido impotente: "Durante todo el partido hice cambios constantes de jugadores, de sistemas de juego y de defensas buscando la combinación que nos hiciera ponernos por delante, pero no hubo manera".

El preparador de los azulinos remarcó que la falta de acierto fue "una constante en el partido. Nosotros fallamos tiros cómodos, incluso bandejas o palmeos, y ellos metían tiros con el defensor encima o entradas que tras tocar el defensor el balón terminaba en canasta. Es desesperante ver cómo se perdía una oportunidad tras otra".