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Xerez | alavés · así se vivió el partido

La afición, convencida de la gesta

  • Elogios Con el grito "nos vamos a salvar, nos vamos a salvar" despidió el xerecismo a los suyos tras el partido

"Nos vamos a salvar, nos vamos a salvar, nos vamos a salvar". Con estos cánticos despidió ayer el xerecismo (con mucha más presencia en Fondo Norte pero con la media habitual de aficionados) a su equipo tras la victoria ante el Alavés, un partido en el que los de Esteban Vigo pusieron de manifiesto que la racha de nueve partidos sin perder no es casualidad.

El Xerez fue netamente superior al Alavés, un rival directo en la lucha por eludir el descenso y que ayer no ofreció lo que se esperaba de él. Los de Salmerón fueron un equipo rácano y poco resolutivo y el ejemplo más claro lo demuestra que con 2-0 en el marcador el técnico apenas varió su sistema táctico y siguió manteniendo a los cuatro defensas. Mal asunto.

Lo peor de todo es que una semana más el Deportivo se queda sin poder salir de la zona caliente debido a su mal bagaje general. De cualquier forma, los azulinos casi rozan la proeza y tienen los mismos puntos que el Albacete, ahora fuera del descenso. Quién lo iba a decir.

Y es que la tarde fue la clásica de transistores, la típica en la que en la grada (una vez se puso de cara con el gol de Adrián Martín) se estaba más pendiente del que estaba sentado al lado con la radio puesta. Hasta los jugadores del Xerez dieron órdenes de no informar de los resultados a través del marcador para así evitar tensionarse más. Gran acierto.

Sin embargo, lo que está escrito está escrito y el Deportivo transmite sensaciones diferentes en todos sus aspectos. Y si no que se lo pregunten a Adrián Martín. El canario volvía ayer al equipo titular después de muchos partidos y quiso hacerlo tan bien que no dio una a derechas, sobre todo a principios de la segunda parte. Pero ayer no era día de desilusiones ni de frustraciones, y el mediapunta se congració con su afición al rematar un buen centro de Pedro Ríos y abrir el marcador.

Ni siquiera Mena, al que se le dan bien sus ex equipos, pudo estropear la fiesta y su clásico disparo seco se estrelló en el palo.

Mención aparte tiene el Pedro Ríos. "Perico, Perico...." y el habitual "Pedro, Pedro, Ríos..., Ríos..." sonó por momentos en Chapín tras ver como el jerezano, aparte de dejarse la piel, cuajó uno de sus mejores partidos de la temporada, dando asistencias y poniendo continuamente en jaque a la defensa vitoriana.

Al final, baño de multitudes de la plantilla azulina, que acabó con el mal fario del domingo de resaca y consiguió la goleada más abultada en Liga de este año en Chapín.

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