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El calendario apenas deja resquicio al Celta-Real Madrid

Zinedine Zidane.

Zinedine Zidane. / víctor lerena / efe

La buena noticia ayer para el Real Madrid es que seguía líder, pero la mala es tendrá que convivir durante cierto tiempo con la incertidumbre de desconocer cuál es su ventaja mientras la Liga suda para encontrar fecha para el nuevo encuentro aplazado.

La jornada 21 concluirá con el equipo de Zinedine Zidane como líder, el Barcelona a un punto y el Sevilla a tres. Una distancia sólo provisional, pues el conjunto blanco debe jugar todavía dos partidos aplazados, ante Valencia y Celta.

El primero lo acumuló por su participación en el Mundial de Clubes y se jugará el 22 de febrero. El segundo, que no se pudo disputar ayer debido a que el temporal en Vigo provocó desperfectos en el estadio, se plantea más problemático, pues la Liga no encuentra días libres. Ahora todas las partes deberán hallar una solución al problema: Celta, Real Madrid, Liga y Federación. La cuestión es que ambos equipos están inmersos en competiciones europeas -Liga de Campeones para los blancos, Liga Europa para los gallegos- y mientras sigan vivos no se puede plantear nada a medio plazo.

No extrañó que el Real Madrid pensara hasta el final todo tipo de soluciones para no tener que aplazar su encuentro de Balaídos. Hasta se rumoreó la opción de que el encuentro ante el Celta de jugara en la ciudad portuguesa de Oporto, a 150 kilómetros.

El club blanco deseaba jugar por dos motivos: no acumular otro encuentro aplazado y medirse ante un Celta que iba a alinear a suplentes, pues el miércoles se juega ante el Alavés el pase a la final de la Copa del Rey.

Lo más previsible es que más adelante se enfrente ante un equipo ya con todos sus titulares, los mismos que le eliminaron de la Copa en cuartos de final.

La cuestión es que el equipo blanco va a entrar en la parte decisiva de la temporada jugándose la Liga y su continuidad en la Champions. Es líder, pero nadie sabe cuál es su ventaja real.

Al mismo tiempo, buena parte de la crítica española se pregunta si la que se autoproclama como "mejor Liga del mundo" puede permitirse el lujo de ofrecer esta imagen, la de un torneo que suspendió dos partidos por el mismo motivo: una cubierta de estadio en malas condiciones y con riesgo físico de caerse.

Lo mismo que ocurrió el viernes con el Deportivo-Betis sucedió con el Celta-Real Madrid. Una imagen alejada de una organización que quiere ser perfecta y modélica.

Y para completar el cuadro de sucesos, apareció el Alavés y pidió formalmente a la Federación el aplazamiento del encuentro del miércoles de Copa ante el Celta al entender que lo afrontará en inferioridad de condiciones...

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