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Un campeón con los pies en la tierra

Cuando su victoria en el Tour empezó a ser una evidencia, con un Chris Froome sin demasiadas fuerzas y un Tom Dumoulin incapaz de amenazarlo, ofreció una declaración que lo retrató. "Obviamente quiero ganar. Pero, al mismo tiempo, es sólo una carrera ciclista. No es una cosa de vida o muerte. No es que vayamos a Afganistán aquí. Eso es la vida real. Simplemente somos unos privilegiados por estar en la posición en la que estamos", dijo.

Thomas estaba cerca de conseguir la victoria de su carrera, pero lo asumía con una inusual normalidad. El británico, coronado en los Campos Elíseos, prefiere el perfil bajo. Es un campeón con los pies en la tierra, ambicioso pero leal, innegociable en el compromiso y, además, apreciado en el pelotón.

"Es un buen tipo. Estoy muy feliz por él", agregó Froome, su amigo, que aceptó el cambio de roles. Y es que, ¿qué hacer cuando el gregario supera al líder? Thomas lo resolvió con deportividad, sentido común y transparencia. "Su lealtad y su ética de trabajo es algo a lo que aspirar en la vida, no sólo en el ciclismo. Estoy muy orgulloso de ti, amigo", lo felicitó Mark Cavendish, a quien Thomas ayudó alguna vez a ganar un oro Mundial.

"He ganado el Tour. No sé qué decir, es simplemente abrumador", alcanzó a balbucear mientras abrazaba entre lágrimas a Dave Brailsford, jefe del Sky. Thomas, aún muy tranquilo, no rechaza una cerveza cuando es el momento adecuado. "Si tuviera que vivir como un monje las 24 horas, me colapsaría", expresó quien parece tener un buen equilibro entre ciclismo y vida privada. Y gracias a eso no llegó a este Tour con la "silueta de un bebedor de cerveza", como lo describió L'Équipe hace algunos años. Pero el campeón nunca olvida los detalles importantes. Según contó su entrenadora de la infancia al diario The Guardian, Thomas le envió durante la carrera un vídeo a su hija de 14 años, que estaba enferma. "La animó a seguir luchando y felicitó a su hermano pequeño por ser tan buen hermano. Toda la familia estaba en lágrimas", contó Debbie Wharton. "No creo que el triunfo lo cambie en nada. Ya asumió bien sus éxitos olímpicos", añadió. El nuevo rey del ciclismo no olvida lo que es esencial en la vida.

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