El Racing de Santander vuelve a soñar con la Liga de Campeones al ganar por 1-2 en Valencia a un equipo que volvió a ofrecer un pobre espectáculo ante su afición y que esta vez no tuvo suerte cuando la remontada estuvo a su alcance, en una final más importante que la del miércoles en Copa ante el Getafe.
A lo largo del encuentro, el Racing se mostró más consistente, aunque en algunas fases del partido el Valencia mejoró respecto a anteriores partidos, sobre todo tras la igualada a uno en el marcador, que fue cuando hizo méritos suficientes para, con más tesón que fútbol, remontar el partido y hacerse con el triunfo frente a un equipo cántabro que supo jugar a la perfección sus cartas.
Ganó el equipo que tiene las ideas más claras, que sabe más a lo que juega y que a lo largo de la temporada ha sido mejor que su rival, aunque el castigo para los valencianistas fue excesivo.
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