Baloncesto l NBA

El cielo no puede esperar más

  • Los Cavaliers marcan el camino hacia el anillo en un año en el que la franquicia necesita saciar con un título a Lebron James para evitar que el próximo verano salga al mercado · O'Neal también se 'sacrifica' por la causa

2010. Para los chinos es el año del tigre, para los Cavaliers se barrunta como la fecha tope para que Lebron James instaure su monarquía en Cleveland. Ahora o nunca para que El Elegido sea profeta en su tierra... antes de que este verano quede expuesto a las tentaciones del mercado. La franquicia de Ohio quiere retener a su estrella a toda costa, blindarlo de por vida y construir una dinastía alrededor de él. Todo pasa por saciar el hambre de anillo del '23'.

Los Cavs no se tapan: primero Lebron y después sus lebrones. El equipo gira exclusivamente sobre la piedra angular. Han ido rodeando a su estandarte de buenos jugadores, de secundarios a su gusto, de un técnico a medida como Mike Brown... incluso de un Shaquille O'Neal de 37 años dispuesto a librar su última batalla.

La eliminación en los últimos playoffs fue un duro e inesperado golpe en la boca del estomágo de los Cavs. Orlando Magic dejó sin la final soñada a la NBA (un Lakers-Cavaliers) y al MVP de la pasada temporada con el orgullo herido. Tras un verano de rumores y despachos Cleveland movió ficha: un bálsamo en forma de 150 kilos, 2'13 y cuatro anillos de experiencia. O'Neal como el escudero del Rey.

De momento el experimento funciona. Danny Ferry-general manager de los Cavs- ve como el matrimonio James-O'Neal ya carbura tras un comienzo dubitativo con dos derrotas en los cuatro primeros partidos del curso. Se temía una lucha de egos, falta de química, pero sólo era cuestión de tiempo. Los Cavaliers se fueron encontrando y despidieron el año embalados con seis victorias consecutivas, sacando los pañuelos en el Staples Centre de Los Ángeles y con el mejor récord del Este (26-8).

King James está en unos números bárbaros: más de 28 puntos y por encima de los 7 rebotes y asistencias por noche. Promedios de MVP, de lo que es. Pero qué ha cambiado con respecto al año pasado. Seguramente se trate de un factor moral. Ya no se trata de Lebron contra el mundo. Ahora el alero puede compartir su carga con Shaq, un jugador que ya se ha hecho un hueco en el corazoncito de los clevelanders (el apodo de los residentes en la ciudad que hace orilla con el lago Erie).

Shaquille O'Neal tiene 37 años. Sabe que le queda un par de temporadas de baloncesto (quizá una) antes de colgar las zapatillas y dedicarse a su segundo oficio favorito (se convertirá en policía). La edad de oro de Diesel consumió sus últimos cartuchos entre Miami y Phoenix, sin embargo aún sigue siendo un pívot que marca diferencias. "Todo el mundo se pregunta si Shaq hace realmente mejor a los Cavaliers. Bueno, yo me quedaría con él si Cleveland no lo quisiera", dijo hace unos días Mike Woodson, entrenador de los Atlanra Hawks, tras ver como la dupla Lebron-Shaq arrollaba a su equipo.

Con 12 puntos y 10 rebotes por partido O'Neal ha adquirido un nuevo rol. Ya no necesita demostrar nada con las estadísticas. Su aportación inunda los intangibles y propaga un espíritu colectivo. "Nadie quiere ver a un tipo de 37 años hacer 20 tiros en un partido", confesó Shaq con su particular sentido del humor. "Puedo ayudar a este equipo a llegar a donde ellos quieren ir (la final y el anillo)", manifestó el All star, que ya ha recibido un nuevo mote: Big Brother.

Con el Gran Hermano a su lado, Lebron se apoya en un quinteto sólido en el que también recibe galones Mo Williams-un base tirador que no rehuye los balones calientes-. La plantilla es de las más compensadas con el curtido Anthony Parker (ex Maccabi), Anderson Varejao (ex del Barça), Ilgauskas, Hickson, El Astronauta Jamario Moon, Delonte West, Gibson... los Cavs tienen mimbres para triunfar en la cruzada por el Este (ante Boston, Atlanta y Orlando) y para alcanzar las Finals.

El escenario soñado pasa por ver al ídolo de Akron-población muy cercana a Cleveland- alzar su primer título, si puede ser ante Kobe Bryant. A sus 25 años está en plenitud física, aún a dos o tres años de su cénit. No obstante, si los Cavaliers fracasan, el verano de 2010 será uno de los más movidos y por supuesto los Knicks estarán al acecho.

26-8

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