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Un clásico que vale una Liga

  • El Real Madrid recibe al Barcelona con la obligación de ganar para situarse a un solo punto del líder e inyectarle aún más ansiedad · En los blancos faltará Guti y en los azulgrana tampoco estará Márquez

El recurrente apelativo de "partido del siglo" para etiquetar los clásicos entre Real Madrid y Barcelona quizás nunca fue tan adecuado como para el de hoy: los dos grandes del fútbol español chocan en un duelo que puede definir el título de la Liga. Es el clásico más decisivo de la década. El duelo en el estadio Santiago Bernabéu paralizará todo el país: los dos rivales eternos se juegan el campeonato.

El Barcelona defiende cuatro puntos de ventaja a cinco jornadas para el final de un torneo que cobró inesperada emoción después de que el Real Madrid recortara ocho puntos en los últimos dos meses. Tanto es así, que las apuestas no definen un claro favorito.

El equipo azulgrana saldrá líder pase lo que pase y a su rival no le vale siquiera el empate, a lo que hizo referencia ayer el presidente de la entidad barcelonista, Joan Laporta.

Lo que sucede es que la inercia ganadora del Real Madrid (suma 17 triunfos y un empate en los últimos 18 partidos) le ha situado en una situación anímica tan imponente que una nueva victoria añadiría un incómodo estado de ansiedad a un Barcelona que todavía recuerda la Liga conquistada por los blancos hace dos temporadas con una remontada de similares características.

En el aspecto deportivo, el duelo también se presenta enormemente atractivo por la diferente propuesta de ambos conjuntos. El Barcelona defiende un estilo marcado por el espectáculo y el vínculo con el balón, mientras que el Real Madrid defiende el valor de un bloque compacto en defensa y orgulloso.

No es un partido cualquiera. El Real Madrid eligió a Casillas y Raúl, dos pesos pesados del vestuario, como portavoces durante la semana. Y Josep Guardiola, el entrenador del Barcelona, dio el jueves día de descanso a sus saturados futbolistas.

Juande Ramos, técnico del Real Madrid, sólo cuenta con la ausencia de Guti, con un esguince de tobillo. En cambio, recuperó al extremo Robben, quien incluso podría ser titular en la delantera junto a Raúl y el argentino Higuaín. Si el holandés se queda en el banquillo, su compatriota Huntelaar tendría un puesto.

Por su parte, Guardiola cuenta con la notable ausencia del mexicano Márquez, lesionado para lo que resta de temporada, por lo que Puyol y Piqué ocuparán el centro de la zaga. La mayor incógnita está en saber si el entrenador azulgrana alineará al temible tridente formado por Messi, Eto'o y Henry.

Y es que el Barcelona jugará el miércoles otro partido trascendental, esta vez ante el Chelsea, correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones europea. Quizá Guardiola quiera reservar a alguno de sus delanteros para situar a Iniesta en la punta y reforzar el centro del campo.

Es un partido que puede valer un título y el estadio Santiago Bernabéu presentará un lleno de impresión, con una afición que recuperó la fe gracias al coraje de su equipo.

El Barcelona podría dejar la competición doméstica casi sentenciada si vence a su eterno rival, pero el equipo blanco, por su parte, daría un tremendo golpe de efecto si es el ganador. No hay quien dé más.

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