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"Está la cosa muy 'apretá"

  • Juan Morales justifica su marcha atrás en los nueve millones de deuda que arrastra el club, en los problemas con las acciones y en que no es momento para invertir, aunque no descarta un tercer intento

El empresario almeriense Juan Morales Manrique confirmó ayer que ha retirado su oferta para comprar la mayoría de las acciones del Xerez Deportivo, anuncio del que curiosamente el actual dueño del club, Joaquín Morales, se enteró a través de los medios de comunicación, ya que Juan Morales optó por romper su silencio con parte de la prensa para confirmar la noticia antes de comunicársela a la persona con la que se ha llevado más de tres semanas negociando, el sevillano Joaquín Morales.

Juan Morales tampoco informó previamente a la alcaldesa del paso que había dado al retirarse de la puja por el Xerez, aunque asegura que sí contactó con un representante del Ayuntamiento para anunciarle que cerraba toda posibilidad de compra del club.

Juan Morales, que el pasado domingo llegó a asegurar a este Diario que seguía negociando la compra del club, cambió de opinión sólo 48 horas más tarde y optó por arrojar la toalla, aunque se marcha diciendo que "no hay dos sin tres, lo que quiere decir que igual en el futuro lo intento otra vez, y a ver si a la tercera va la vencida", señaló después de que fracasaran los intentos de mayo del año pasado y el que tocó a su fin el pasado martes.

El almeriense justificó su marcha atrás explicando algo que ya se sabía. "Mis asesores me han convencido para que no lo haga, a pesar de que mi corazón me empujaba a cerrar la compra. Pero en operaciones como ésta los números mandan más que el corazón, y aquí la verdad está la cosa muy 'apretá'. Sintiéndolo mucho, he tenido que decir que no, aunque tengo algo dentro de mí que no me siento a gusto. Pero ya digo que mis asesores me están recriminando que en este asunto haya obrado más con el corazón que con la cabeza".

"Yo tengo capacidad (económica) para realizar la operación -dijo-, pero mis asesores me han advertido que iba a arriesgar en esta operación lo que había ganado en toda mi vida".

Morales Manrique explicó ayer que lo que le ha echado para atrás "ha sido la situación en la que está el club, tanto la deuda como los problemas que hay con las acciones. Era una operación muy complicada, la verdad es esa. En realidad en la negociación con Joaquín no había problema porque él ha sido muy flexible en todo momento, pero estamos hablando de una deuda de nueve millones de euros que hay que ir pagando religiosamente mes a mes, y también hay un préstamo de una sociedad de otros tres millones de euros -en referencia al dinero que pusieron 'El Turronero' y otros empresarios como préstamo a Joaquín Morales- que habrá que devolver. Y a eso hay que sumarle que hay que resolver los problemas que hay con las acciones, que se puede resolver, aunque no se sabe cuándo".

Aseguró que a lo largo de estas semanas ha estado "contactando con empresarios amigos míos para que me acompañaran en esta aventura, pero ellos están recelosos porque la situación económica no está como para asumir esos riesgos. No es momento para invertir y los bancos ya se sabe cómo están". Sin embargo, confirmó que el Ayuntamiento le estaba buscando empresarios para que le acompañaran en la compra del club, pero ni aún así ha querido dar el paso.

"La alcaldesa -dijo- ha puesto todo su empeño y el Ayuntamiento en general se ha portado muy bien conmigo, como también Joaquín Morales, que me ha dado muchísimas facilidades para poder cerrar la operación. De la deuda Joaquín no puede hacer nada porque está ahí, es del club, pero de su dinero siempre ha estado abierto a dar plazos e incluso a rebajar la cantidad. Yo creo que cuando Joaquín compró el club y heredó esa deuda no sopesó el calibre de ese lastre, porque esa deuda es la que está lastrando al club. Él entró ahí con el corazón, como iba a entrar yo, y lo que hizo fue heredar esa gran deuda, que hay que pagar mes a mes y eso no es fácil. La nómina, los gastos corrientesý, eso no es problema. Mis asesores dicen que el lastre del Xerez son esos nueve millones de euros de deuda, no lo que habría que pagar por el club".

Justificó su silencio durante tantos días diciendo que "no había noticias nuevas, no tenía nada que decir", por eso no atendió las llamadas de diversos medios de comunicación, y explicó que con anterioridad había vivido "unos días un poco locos, atendiendo llamadas de la prensa hasta muy tarde, cuando yo estoy acostumbrado a vivir tranquilo en mi pueblo. Pero lo entiendo, porque la prensa tiene que ser agresiva, y conmigo en Jerez todo el mundo se ha portado muy bien".

Por último dijo que "la solución del Xerez puede llegar de la mano de varias empresas; si se unen varias empresas pueden sacar a flote el club, pero nunca una persona sola". No se entiende entonces por qué no esperó a los empresarios que el Ayuntamiento le buscaba para que le acompañaran en la operación.

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