El Tenerife se llevó con autoridad el derbi canario ante el Gran Canaria, incapaz de parar el buen juego de los locales.

Tras unos primeros minutos de tanteo (10-7) empezó el festival del equipo de Fotis Katsikaris de la mano de Beirán y White, auténticos protagonistas en el ataque de los aurinegros junto con el trabajo colectivo del grupo en defensa.

Poco a poco, el conjunto lagunero se hizo con el mando del choque y con el 24-14 del minuto 8 empezó a encarrilar la victoria. Y es que tres triples de White y otros tres de Beirán conseguían mantener el marcador a su favor frente a su rival, al que le faltó una mayor intensidad defensiva y que acusó sobremanera la ausencia de Oliver.

Pero si bueno fue el primer cuarto, el equipo de Katsikaris no bajó los brazos en el segundo. Beirán volvió a ser una amenaza para la defensa grancanaria, pues anotó su cuarto triple.

Ni los cambios ni los tiempos muertos de Luis Casimiro conseguían frenar el buen juego del Tenerife, que no levantó el pie del acelerador en ningún momento. Con una buena defensa, el cuadro local prolongó el dominio en todas las fases del juego. Eriksson y Rabaseda intentaron, por su cuenta, cambiar la dinámica del choque, pero era imposible.

Tenerife salió en el tercer cuarto con la misma intensidad ante un rival que siguió sin reaccionar. Ya en el último cuarto, los visitantes hicieron un parcial de 3-10 para bajar la diferencia a 21 puntos (76-55), pero los tinerfeños lograron mantener la calma y las diferencias claras en el marcador para imponerse.