El Numancia y un Eibar ya de Primera cerraron la Liga Adelante con un empate en un encuentro al que le faltó ritmo y concentración y en el que los errores fueron los protagonistas en los dos únicos goles que subieron al marcador. El Numancia termina como rey indiscutible del empate (22), mientras el Eibar lo culmina en lo más alto de la tabla, un hecho histórico en su trayectoria.

Los eibarreses llegaban a Soria en plena resaca de celebraciones por un ascenso que premia el trabajo de la colectividad por encima del brillo de las individualidades, una filosofía con la que también comulga el Numancia y que el equipo soriano reconoció con pasillo a la salida de los vestuarios de los armeros.

El partido, con poco que jugarse más que la honra, estuvo necesitado de una velocidad más para llevar la emoción a las gradas. Un empalme de Palanca en un balón suelto (7') y otro pifiado por Julio Álvarez (14') tras pase forzado de Ripa fueron el anticipo al gol del Numancia, tan real como inesperado, fruto de un error monumental de Irazusta, que se durmió al despejar y cuando lo hizo fue contra el cuerpo de Sergi Enrich.

El partido abrió un suspense con la expulsión del local Isidoro, incrementado con los dos cambios introducidos por el entrenador armero en el descanso, con Urko Vera y Jota para afrontar la segunda parte en superioridad numérica. Un error del guardameta Raúl Fernández convirtió un centro de Silvan Gómez en el tanto del empate armero.