No será nada fácil, como previeron muchos, que el campeón del Open de España del centenario lo haga por debajo de -10. Las condiciones han sido extraordinariamente duras en las tres primeras jornadas y ayer, de hecho, hubo de suspenderse un par de horas la ronda, entre la una y las tres, por el aguacero que se desplomó sobre el recorrido del Real Club de Golf, cuyo drenaje más lo quisieran muchos campos de fútbol, pero tras tres días de agua no pudo tragar el diluvio superado el mediodía.

Y resulta que en medio de la adversidad se crecieron los jugadores españoles. Sólo nueve bajaron del par y tres únicamente hicieron menos de 70 golpes. A saber: Alejandro Cañizares (68), Pablo Larrazábal (69) y Carlos del Moral (69). Cuando paró la descarga de agua, llegó el viento. Entonces Larrazábal se crece. Va segundo el barcelonés con -4 tras un día muy feliz para él. Seguro que anoche todas sus plegarias fueron dirigidas a que hoy sople mucho aire. Con una tarjeta respetable completando pares, el español arrancó con los birdies en el 8, encadenando dos más en el 9 y el 10, y sumando otro de regalo en el 13. Sólo falló en el 18, cuando una mala salida lo llevó al bunker y luego se quedó muy lejos de la bandera, aunque a puntito estuvo de hacer par y no bogey.

El segundo español en la clasificación no es ninguno de los citados, sino otro que no se cae de la nube en la que vive instalado desde el inicio de esta cita. El cacereño Jorge Campillo arrastró a una legión de aficionados en su partido. No les pudo agradecer el apoyo con una tarjeta por debajo del par, pero acabó con uno más y el acumulado de los tres días ofrece un resultado de -3. Es tercero y quien menos presión tiene.

A Cañizares, con un final sublime, dos birdies y un eagle en los últimos cuatro hoyos, se le ha puesto a tiro la victoria. Es quinto el malagueño (-2), a tres golpes del liderato. Del Moral, que hace unos años salió líder a este campo el penúltimo día de torneo, estuvo portentoso en los segundos nueve hoyos, con cuatro aciertos, sólo emborronados por el bogey del 18. El valenciano transita duodécimo al par.

No hay crisis que valga para el golf español, con tres integrantes entre los cinco primeros y cuatro entre los 12, todos ellos aspirantes al triunfo en Condequinto. Está demasiado lejos Rafa Cabrera Bello (+2), quien demasiado tiempo ha permanecido con los mejores cuando en nada le favorece jugar con tanta lluvia y viento.

Aunque los españoles estén de moda en el Real Club de Golf, el primero en la clasificación es extranjero; y de los buenos. Simon Dyson ocupa el mejor puesto en el ranking mundial (36) de cuantos competidores empezaron a jugar el jueves. Está demostrando el porqué. Con cinco birdies y dos bogeys, el inglés llegaba al 18 con -7, con tres golpes de ventaja sobre Larrazábal, pero un doble error dejó al catalán a la vera del rubio, estrechándose el cerco de candidatos.

Otro, que va de la mano con Larrazábal (-4), es Soren Kjeldsen, que maneja la bola de maravilla cuando azota el aire y que mantiene un idilio eterno con Andalucía: ganó la última edición del Volvo Masters en Valderrama y aquí el Open de Andalucía de 2009. Francesco Molinari pinchó. Pero, cuidado, es sexto a cuatro de la cabeza. Como Colsaerts, Olesen, Storm, Siem y Peter Lawrie. Este último ya venció en este escenario en 2008.