Los fabricantes automovilísticos BMW, Mercedes Benz, Toyota y Honda, todos ellos envueltos en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1, se mostraron ayer muy críticos con el presidente de la Federación Internacional (FIA), el británico Max Mosley, y creen que no debe continuar al frente de este organismo por su supuesta orgía sadomasoquista con tintes nazis.
Las cuatro emitieron ayer sendos comunicados en los que consideran insostenible a Mosley como presidente de la FIA.
Para BMW y Mercedes Benz, que lo han hecho de forma conjunta, "el contenido de lo que se ha publicado es repudiable". "Nos distanciamos explícitamente como empresa de ello", afirmaron.
Lo ocurrido afecta a Mosley "en lo personal y como presidente", prosiguen, por lo que esperan "una reacción de los gremios relevantes de la FIA" ante lo que consideran una situación "insostenible" para el mundo del motor.
En respuesta a este comunicado, Mosley respondió con dureza a BMW y Mercedes en declaraciones a la agencia Reuters: "Dada la historia de BMW y Mercedes, particularmente antes y después de la Segunda Guerra Mundial, comprendo por qué ambas quieren distanciarse de lo que ellos correctamente describen como el repudiable contenido de esas publicaciones". Toyota y Honda también han criticado abiertamente a Mosley y han pedido su dimisión.
De momento, Mosley no acudirá a Bahrein. Según el diario británico The Times así se lo exigió el jeque Salman Bin Hamad Al-Jhalifa, príncipe heredero del reino de Bahrein, quien le ha escrito una carta en la que le comunica que es persona non grata.
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