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De héroes a villanos en sólo 4 horas

  • Cara y cruz Un centenar de aficionados recibió al Xerez con vítores cuando llegó a Chapín y unos doscientos insultaron y hasta 'tocaron' a los futbolistas cuando abandonaban el estadio tras el partido

La historia de amor-odio entre la afición del Xerez y los jugadores se volvió a repetir en la jornada de ayer. El club había solicitado el apoyo del xerecismo para este trascendental partido y una vez más la afición cumplió. Tanto es así que antes del encuentro, a eso de las tres y media, un centenar de seguidores se personaron en la puerta tres del estadio para animar a los suyos, conscientes de la importancia del encuentro.

Pero ya se sabe que en esto del fútbol el hecho de que la pelotita entre o no condiciona los acontecimientos futuros. Ayer sucedió lo negativo. El Xerez perdió y sus jugadores, aquellos que habían sido recibidos en 'olor de multitudes', fueron increpados por un numeroso grupo de aficionados, unos doscientos.

Pese a que la seguridad del club advertía a cada uno de ellos de lo que le esperaba fuera, muchos decidieron salir como siempre, por el estadio, mientras otros optaron hacerlo por el hotel o por la zona de preferencia donde tenían aparcados sus vehículos.

Los 'valientes' que decidieron afrontar la situación fueron insultados, como Héctor Verdés, Antoñito, Abel, Míchel o Carlos Calvo. Es más algunos de ellos, como Antoñito y Míchel tuvieron que ser escoltados por la policía nacional hasta el lugar donde tenían aparcados sus vehículos ante las reprimendas de los aficionados. Otros como Carlos Calvo incluso fue golpeado por algún seguidor aunque de forma leve.

Era pues el punto y final de lo acontecido durante el encuentro, un partido que sirvió para aumentar la afluencia de público, por aquello de la iniciativa del club, pero una vez más terminó como la gran mayoría de ellos este año en Chapín: con derrota.

Los pitos e incluso algún que otro pañuelo afloró ayer en el estadio cuando los futbolistas abandonaban el campo y la indignación y la indiferencia acompañó al aficionado, tras la derrota de ayer casi concienciado "de que nos vamos a Segunda B", se oía en los vomitorios de Chapín.

Sólo los quince o veinte aficionados gallegos que se situaron en Tribuna pudieron disfrutar del triunfo, y su osadía, acompañar al equipo hasta Jerez, fue premiada por los propios jugadores racinguistas al término del partido.

Del resto sólo destacar algún que otro pase magistral de Viqueira, y sobre todo la facilidad para montar la contra del Racing, alguno de ellos digno de ejemplo para el curso de entrenadores.

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