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El hombre sin límites

  • El mundo del fútbol se rinde a la enésima exhibición de Messi, que ha marcado 15 goles en sus últimos seis partidos oficiales

A él, lo único que le interesa es jugar al fútbol, pero en el día posterior a sus cinco goles ante el Bayer Leverkusen un aura mítica se apoderó del argentino Leo Messi, el hombre que parece no tener límites frente a una pelota.

"Messi es de broma. Para mí, es el mejor de todos los tiempos", twitteó el delantero inglés Wayne Rooney instantes después del 7-1. "¿Es real o es un jugador de Play Station?", se preguntó por la misma vía el colombiano Radamel Falcao.

Lionel Andrés Messi es real, aunque a sus 24 años a veces logre cosas que parecerían reservadas exclusivamente a un dios. Poner de acuerdo en sus portadas a periódicos deportivos tan antagónicos como Marca, de Madrid, y Sport, de Barcelona, es casi mérito de una deidad.

"La manita de Dios", fue el titular principal de primera plana que compartieron ambos, muy similar al de Mundo Deportivo, el diario deportivo decano de España, con sede en Barcelona, que optó por "La Mano de Dios".

Sólo As relegó el tema a un titular secundario en su portada. "Messi entra en la historia", escribió el diario madrileño, relegando así la manita, lenguaje coloquial español para referirse a un partido en el que un equipo anotó cinco goles.

Se viene escribiendo, en efecto, historia grande del fútbol en España. Desde hace años y con el Camp Nou como gran escenario. Allí marcó Messi el 6 de abril de 2010 cuatro goles ante el Arsenal por la Liga de Campeones, allí anotó el 7 de marzo de 2012 cinco ante el Bayer Leverkusen, algo que nunca se había dado en la historia del torneo desde que en 1992 estrenó nuevo formato.

Curiosamente, hay dos protagonistas esenciales que le bajan el tono a los años épicos que está protagonizando Messi. Uno es el propio jugador. Tras el partido, Messi no reaccionó precisamente como lo haría el portugués Cristiano Ronaldo si un día logra anotar cinco goles en su estadio. "Lo importante es que se ha pasado la eliminatoria", dijo el argentino como si nada hubiera pasado y aún con el balón bajo el brazo. Antes del partido, con dolor de cabeza, se había tomado una aspirina de la misma marca que patrocina al Leverkusen, aseguró ayer Sport.

El otro es el público del Barcelona. No sólo porque aún no haya encontrado un cantito digno de la estrella que los deslumbra -un plano "Messi, Messi..." es la banda sonora habitual-, sino porque no llena el estadio para ver al argentino.

En la noche del pasado miércoles había 75.532 aficionados en el Camp Nou, un estadio con capacidad para 98.847 personas. Era de noche, el calor aún no llegó a la Ciudad Condal y las entradas para la Liga de Campeones son caras, pero no es la primera vez que sucede, y si Messi no alcanza para llenar un estadio, ¿quién entonces?

Con 49 goles en la Liga de Campeones, Messi igualó a otra leyenda, su compatriota Alfredo Di Stéfano. Lleva 15 tantos en 6 partidos: uno en la ida ante el Bayer, cuatro al Valencia, uno al Atlético, tres a Suiza con la selección argentina y cinco al Bayer.

La gran estrella de Rosario está ganando partidos él solo. Lo hizo con Argentina y en cierta forma lo hace pese a la orquesta sinfónica que lo rodea en el Barcelona, porque no hay nadie que ofrezca más garantías que él a la hora de definir ante la portería.

Leo Messi habla poco y juega mucho, son los demás los que se encargan de darle épica y sustancia al relato de sus hazañas. Es el caso de su entrenador, Josep Guardiola: "Soy un privilegiado, porque siempre podré decir que entrené a Messi".

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