El Tesorillo sumó ayer un punto que debe saber a gloria. Aunque los tesorilleros partían con el imperativo de derrotar al Bornense en casa, el partido se puso tan cuesta arriba que el empate tiene que dejar buen sabor de boca.

Los amarillos rentabilizaron un penalti por mano de Cornejo en el minuto 70 para salvar la situación en un partido muy trabado. El Bornense, que se adelantó a la media hora, planteó un duelo de mucho centro del campo, de pelotazo y pocas florituras. El equipo de casa tuvo que bregar casi siempre contra marea y le costó sentirse cómodo en su propio feudo, un campo que, por cierto, necesita un lavado de cara cuanto antes.

Tesorillo y Bornense cuajaron una primera parte sin demasiada historia. Quizá la balanza se decantó más para el lado visitante por oportunidades. El primer acercamiento llegó en una especie de chilena de Alberto en el minuto 16, aunque su disparo no creó mucho peligro.