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La imagen del deporte, tocada

  • La corrupción o el dopaje llenan de titulares negativos la información atlética de los últimos meses

Corrupción, dopaje, operativos policiales, investigaciones judiciales, titulares negativos... El 2017 fue un año en el que la credibilidad del deporte fue puesta una vez más en jaque. Ni la FIFA ni el COI, posiblemente los dos principales y más reconocidos organismos del deporte, tuvieron un año sencillo. El organismo de los anillos tiene, por diferentes motivos, a sus dos últimos Juegos Olímpicos en el ojo de la tormenta. La elección de Río 2016 está en cuestión por la sospecha de compra de votos y Sochi 2014 por la mega trama de dopaje en Rusia, lo que afecta a su vez también a Pyeongchang 2018.

El doping, una vez más, acaparó titulares que dejaron en un segundo plano los resultados deportivos. El caso ruso, con su Comité Olímpico suspendido para Pyeongchang y decenas de atletas invernales sancionados de por vida en Juegos Olímpicos, ocupó el centro de la polémica durante la información de este 2017 que acaba en los próximos días, pero no fue el único.

También el británico Chris Froome, en el ciclismo, y el estadounidense Justin Gatlin, en el atletismo, deben dar explicaciones. El cuádruple campeón del Tour de Francia, por su positivo en la Vuelta a España, que de momento no tiene sanción de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Gatlin, por el escándalo que generó su entrenador Dennis Mitchell, a quien tuvo que despedir después de que revelara que los deportistas se pueden dopar sin ser cazados.

Es cierto que la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), bajo el mando de Sebastian Coe, emprendió una serie de reformas para transparentar el organismo después de la era de Lamine Diack. El senegalés está bajo arresto en París, pero su hijo Papa Massata Diack sigue prófugo y con orden de captura internacional. Ambos nombres resultan clave en la trama de corrupción que salpica al Comité Olímpico Internacional (COI).

Las investigaciones pusieron en la lupa un pago de 1,7 millones de euros que una firma offshore del empresario brasileño Arthur César de Menezes Soares Filho, presuntamente en nombre del directivo brasileño Carlos Nuzman, hizo a Papa Massata Diack tres días antes de la votación del 2 octubre de 2009 en Copenhague, cuando Río fue elegida como sede de los Juegos de 2016.

Lamine Diack era entonces miembro del COI. Por el caso fue detenido Nuzman, el histórico presidente del Comité Olímpico de Brasil y jefe del comité organizador de Río 2016. Y suspendido el miembro namibio del COI namibio Frank Fredericks.

¿Pero fue sólo aquella votación? La Fiscalía francesa también investiga desde hace meses movimientos sospechosos de dinero antes de la elección de Tokio 2020 en la sesión del 2013 en Buenos Aires, por lo que en los próximos meses puede haber novedades al respecto.

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