El jerezano David Álvarez Vázquez Polaco es -junto al meta malagueño Lolo Soler- uno de los dos jugadores inéditos en la pretemporada de la Balompédica Linense. Una lesión que se produjo al final de la pasada campaña, cuando aún vestía los colores del Levante B, se le reprodujo en los primeros entrenamientos, a mediados del mes de julio, y sigue sin poder ejercitarse con sus compañeros. La permanencia del centrocampista en el dique seco ha dado lugar a que se desaten todo tipo de desconfianzas, pero el jerezano, que cuenta con el respaldo inquebrantable del club, entiende que en poco más de una semana todo este proceso no será más que un mal recuerdo. "Yo me vine de Valencia, después de jugar la última jornada, con un golpecito en el cuádriceps de la pierna izquierda que pensé que no era nada y que además no me molestaba cuando salía a correr en verano, pero en cuanto comencé a tocar balón noté que no podía y me vi obligado a parar", explica el futbolista jerezano.

"Fui al médico y me explicó que se me había hecho un callito y en el tratamiento para hacerlo desaparecer se me hizo una roturilla de fibras que me ha obligado a parar, pero espero que a comienzos de la próxima semana, e incluso en los últimos días de ésta, podré tocar balón". "De lo que no puede quedar la más mínima duda es de que quien está más fastidiado por esta situación soy yo, porque me estoy perdiendo la pretemporada y todos sabemos lo que eso supone y más en un equipo en el que eres nuevo, pero el jueves tengo previsto visitar al médico y espero que todo haya pasado", explica. "Lo que sí tengo que recalcar es que tanto el míster como el club me han dispensado un trato extraordinario en todo este tiempo y que les estoy muy agradecido".