Wimbledon

Mucho en juego en semifinales

  • Djokovic, que juega en primer turno, se convertirá en el nuevo número uno del 'ranking' mundial si vence hoy al francés Tsonga · Nadal se enfrentará después con Murray, la gran esperanza británica

Será, minuto más, minuto menos, a la muy británica hora del té. A esa hora Rafael Nadal entrará en la pista central del All England Club sabiendo si sigue siendo el número uno del tenis mundial o no. La cima del ranking es una de las muchas cosas en juego en las semifinales de Wimbledon: si el serbio Novak Djokovic derrota en la primera semifinal al francés Jo-Wilfried Tsonga, el número uno será suyo, suceda lo que suceda en la final del domingo. Pero si Tsonga también tumba a Djokovic, tal como hizo con Roger Federer, el español tendrá en su mano seguir al frente del ranking... aunque será difícil. Debería derrotar al británico Andy Murray y, dos días más tarde, ganar la final.

Djokovic, que no está mostrando en Londres el mismo nivel que exhibió en los primeros meses del año, dice que prefiere no pensar en que se juega el número uno, aunque sea perfectamente consciente de ello. "Mi objetivo es ganar cada partido, obviamente. Pero estoy al tanto de la importancia de cada encuentro que juego. Estoy muy cerca de alcanzar el número uno, pero trato de no pensar mucho en ello", dijo el serbio, que es el jugador del momento: desde su derrota del 27 de noviembre de 2010 en las semifinales del Masters de Londres ante Federer ganó 48 de los 49 duelos que jugó, la Copa Davis y siete torneos. En condiciones normales debería ser el amplísimo favorito, pero ni Wimbledon ni sus potenciales rivales pueden ser definidos como normales.

Tsonga está jugando, a sus 26 años, probablemente el mejor tenis de su vida, incluso por encima del que lo llevó en 2008 a una final del Abierto de Australia que perdió, precisamente, con Djokovic. "¿Por qué no?", contesta cuando se le pregunta si puede ganar Wimbledon. Y nadie se atreve a descartar esa posibilidad. No tras haberlo visto sacar a la velocidad del sonido y volear como un ángel el miércoles en el más sagrado de los escenarios del tenis mundial... y ante Federer. Por eso es que todo puede suceder: que Djokovic gane y vea relajadamente la siguiente semifinal, ya convertido en el primer hombre capaz de quebrar el duopolio que ostentan desde 2004 Federer y Nadal, o que éste ingrese a la central con la doble misión de avanzar a la final para defender el número uno.

No sería nada del otro mundo, porque ya sucedió. Djokovic estuvo hace un mes a una victoria del número uno, pero sucumbió ante un inspiradísimo Federer, tan inspirado como está Tsonga ahora. Luego Nadal se llevó su sexto Roland Garros derrotando al tenista helvético en la final.

El español, con su pie izquierdo infiltrado para evitar el dolor, saldrá a medirse con un Murray al que domina en la estadística: lo batió 11 de las 15 veces que se enfrentaron, dos de ellas en Wimbledon, en los cuartos de 2008 y las semifinales de hace un año. Pero Murray es mejor jugador que en 2010, aunque Nadal diga que no sabe si es así. Su tío y entrenador, Toni Nadal, cree que sí: "Tiene un año más de experiencia y viene de jugar la final en Australia y por primera vez la semifinal de Roland Garros. Debe ser mejor".

Nadal tampoco tiene del todo claro si él mismo está jugando mejor que hace un año. "No lo sé. No me acuerdo mucho. Los resultados me dicen que peor no lo estoy haciendo, pero de eso a lo que pueda pasar... Eso afecta poco: el que esté mejor ese día gana", resumió.

Si Nadal vence y Djokovic pierde, estará en el mejor de los escenarios, porque en un mismo partido podría asegurarse permanecer como número uno y reducir a cinco títulos de Grand Slam la diferencia de 16-10 que le saca Federer. Pero en el medio está Murray, un jugador cada vez más maduro y que tendrá el apoyo de todo el público. Tiene apenas 24 años, pero le piden desde hace tiempo que ponga fin a la ignominia de Fred Perry como último británico ganador de un Grand Slam. Pasaron ya 75 años desde aquel título casi de daguerrotipo, y el escocés lleva in pectore un éxito.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios