El Athletic Club cayó ayer de nuevo ante el Olympique de Lyon, esta vez en San Mamés (2-3), y queda a expensas de un milagro, una más que complicada carambola de resultados, para no caer eliminado ya en la fase de grupos de la Liga Europa, de la que es vigente subcampeón.

El equipo bilbaíno volvió a pagar las dos grandes carencias de esta temporada: la falta de acierto ante la meta rival, frente a la que malogró un buen número de oportunidades, y una gran debilidad defensiva que le permitió marcar tres goles a un rival fuerte pero no especialmente ofensivo.

Los de Marcelo Bielsa llegaron a soñar con la remontada, pero un error de Muniain, después de que Ander Herrera y Aduriz, éste de penalti, igualaran el 0-2 con que se puso en ventaja el Lyon, lo impidió. Gomis y Gourcuff habían adelantado al Lyon en la primera parte y, tras diez primeros minutos para la esperanza en la reanudación, Lacazette cerró el choque con un 2-3 que terminó con la fe de los locales.

Los centrales Bisevac y Lovren amagaron para el Lyon en los minutos 11 y 13 y Gomis dio en el blanco en el 22 en una jugada a balón parado. En pleno zafarrancho bilbaíno y al filo del descanso, Gourcuff pareció dar la puntilla, pero Ander Herrera alimentó las esperanzas tras un barullo en el área con posible falta de Amorebieta al portero antes de provocar él mismo el penalti de la igualada. El error de Muniain terminó con el sueño bilbaíno, por el momento.