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El nuevo clásico, a escena

  • Murray quiere desterrar su 'maldición' en Londres ante un gran Djokovic

El serbio Novak Djokovic y el británico Andy Murray protagonizan en la final del torneo de Wimbledon (15:00) un nuevo capítulo del duelo que ya está comenzando a monopolizar el tenis.

Sólo el reinado del español Rafael Nadal en la arcilla puso un paréntesis al cruce entre los dos mejores jugadores de la actualidad, que se verán las caras por tercera vez en las últimas cuatro finales de Grand Slam.

"Es definitivamente la nueva rivalidad. Ya tuvimos un anticipo en el US Open (2012) y otro en el Abierto de Australia (2013). Y aunque la arcilla pertenezca a Nadal, ellos son los indudables número uno y dos del mundo", analiza la leyenda alemana Boris Becker, tres veces campeón en Wimbledon, en una columna en The Daily Telegraph.

El duelo de hoy será el primero que los tendrá frente a frente en el césped del All England Club, donde Murray intentará una vez más poner fin a la omnipresente maldición británica y alzar el primer título para un jugador local desde Fred Perry en 1936.

"Pienso que voy a estar mentalmente en una mejor posición que el año pasado. Ya he estado antes ahí. Ya gané un Grand Slam. Espero estar un poco más tranquilo", dijo el escocés, derrotado en 2012 en la final por Roger Federer.

"Sería un enorme logro. Ganar Wimbledon sería llegar a lo más alto", se ilusionó el británico, que alcanzó la final de los últimos cuatro torneos grandes que disputó a pesar de que no pudo jugar en Roland Garros por una lesión en la espalda. Murray llega al duelo decisivo tras sobrevivir a dos semanas en las que las expectativas se multiplicaron como nunca antes en Wimbledon.

Tras ganar su primer torneo grande en el Abierto de los Estados Unidos el año pasado -precisamente ante Djokovic- y colgarse la medalla de oro olímpica en el mismo escenario de hoy, la prensa y el público británicos dieron rienda suelta a una auténtica Murraymanía.

Así, la venta de entradas superó sus marcas día a día e incluso algunos fanáticos acamparon sobre el pavimento del elegante barrio de Wimbledon para conseguir una entrada.

Las eliminaciones prematuras de Federer y Nadal, las víctimas más resonantes de un torneo plagado de sorpresas, incrementaron aún más las toneladas de presión que carga sobre sus hombros el británico, que debió caminar en la cornisa ante el español Fernando Verdasco en cuartos de final.

El número dos del ranking cree que el mayor peso se lo quitó de encima el año pasado al ganar el US Open tras perder en cuatro finales de Grand Slam. "Creo que nada podrá superar eso en términos de alivio", aseguró Murray.

Del otro lado de la red estará Djokovic, el número uno del mundo, que intentará ampliar a siete su cosecha de títulos de Grand Slam tras la dolorosa derrota en semifinales del esquivo Roland Garros ante Nadal.

El serbio derrotó a Murray en dos de las tres finales de Grand Slam en las que se enfrentaron y tiene un récord de 11-7 en duelos personales. Sin embargo, llega a la final tras ser exigido al máximo por el argentino Juan Martín del Potro en la semifinal más larga de la historia en Wimbledon.

"Lo positivo es que jugamos en el primer turno. Hubo muchas caídas, patinadas, carreras y largos peloteos, pero me siento bien. Por supuesto estaré un poco más cansado que en partidos anteriores. Pero no es la primera vez que estaré en esta situación", advirtió Djokovic, campeón en el All England en 2011.

En un estadio completamente volcado en su contra, el serbio intentará dar un golpe de autoridad y demostrar por qué es el jugador que está dominando el tenis en los últimos años.

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