Mundial de baloncesto

Una pachanga arrítmica (91-54)

  • La selección española vapulea a Egipto en un encuentro que aprovecha para engrasar la maquinaria de cara a los enfrentamientos de esta semana ante Brasil, Serbia y Francia.

¿Qué se puede escribir de un encuentro cuyo resultado final se conocía desde el mismo momento en el que españoles y egipcios quedaron emparejados en el sorteo que se celebró hace meses en Barcelona? No mucho, salvo destacar el mérito que tienen el entrenador de la selección nacional, Juan Antonio Orenga, y sus jugadores para motivarse en un choque en el que lo más disputado fue el salto inicial. Y quizá, también, para preguntarse qué pinta un equipo como el africano en un acontecimiento de carácter mundial en el que, por pura lógica, deberían estar las mejores escuadras del orbe. Aunque el chiste sea fácil, el baloncesto que practica el combinado egipcio está momificado y no merece estar entre los 24 equipos que disputan la Copa del Mundo. 

Sin duda, España santificó la jornada dominical ante la selección más débil de su grupo. Los de Orenga no desaprovecharon la ocasión para tomarse el partido como un entrenamiento enfilado a lo que le espera durante la semana que hoy comienza. Pero lo hicieron con toda la seriedad que requiere el acontecimiento, aunque no siempre con acierto, como ocurrió con el tiro exterior en el segundo acto. Además, el seleccionador dio minutos a todos sus efectivos en previsión de que en los próximos días no pueda hacerlo con tanta libertad. Se notó en los distintos ritmos que hubo durante el enfrentamiento. 

Orenga no hizo ninguna concesión de salida, pues puso en pista a su quinteto habitual. A pesar de la escasa entidad del rival, España apretó en defensa desde el inicio. El dominio en la zona, propiedad privada de los Gasol, se tradujo en rápidas transiciones que finalizaron en canastas fáciles o en faltas personales fruto de la impotencia de los africanos. Del anecdótico 2-2 de los primeros compases se pasó a un 15-2 que obligó al técnico egipcio a parar la avalancha que se le venía encima. Sólo habían transcurrido cinco minutos. Aunque los visitantes comenzaron a ver un poco de aro, los españoles siguieron por los mismos derroteros. En el tramo final del primer cuarto Orenga dio entrada a Ibaka, que fue recibido de forma clamorosa por el respetable. El hispano-congoleño respondió con dos rebotes, un tapón y un mate en apenas algo más de un minuto. 

Con 26-10 y un quinteto diferente al inicial, incluido Felipe Reyes, el otro tocado de la primera jornada, se inició el segundo cuarto. La falta de acierto en los lanzamientos de media y larga distancia -se marraron hasta siete triples- propició unos minutos de sequía anotadora. Sólo cuatro puntos (de Ibaka) en algo más de otros tantos minutos (30-15). Y cierta falta de tensión defensiva permitió alegrías ofensivas a un Egipto que tuteó en los guarismos de este acto a los anfitriones. Al descanso, España sólo incrementó en dos puntos la renta con la que terminó el primer cuarto: 42-24. Seguro que el seleccionador tomó nota y sacó sus consecuencias. 

La reanudación fue otro cantar. La selección nacional, con otro quinteto diferente, volvió a la cancha con otro chip. Se mostró intensa en defensa y, además, puso espectáculo sobre el parqué, con Ibaka en casi todos los fregaos. Todo esto se tradujo en un parcial de 11-0 que abarcó, entre otras acciones, un par de alley-oops y un mate estratosférico del hispano-congoleño. La ventaja hispana fue incrementándose hasta alcanzar una máxima de 32 puntos (60-28, 27'). En ese momento se volvió a aminorar el ritmo, coincidiendo con retorno de Ibaka al banquillo. Los egipcios recortaron hasta el 64-37 con el que finalizó el tercer cuarto. 

Tras la de cal, la de arena. El último acto comenzó con la maquinaria de la selección al ralentí. Otro ritmo que volvió a poner de manifiesto que el enfrentamiento de ayer era de puro trámite. La arritmia fue tan manifiesta que ni Ibaka pudo acompasar de nuevo el juego español. Los jugadores egipcios aprovecharon las facilidades para jugar sus bazas con las que poder presumir en el futuro por haber plantado cara en algunos momentos a uno de los aspirantes a alzar la Copa del Mundo. Cuando se pusieron a sólo 20 puntos de los anfitriones sus caras no ocultaron su satisfacción (71-51, a 4'14'' para el final). 

Fue el momento en el que los españoles notaron que el apoyo de sus seguidores había decaído y volvieron a apretar un poco los dientes a ambos lados de la cancha. Los africanos pagaron su osadía con un parcial adverso de 17-0. Con la situación controlada, el choque finalizó con un Abrines pletórico. Un triple del balear puso el colofón al sellar en 37 puntos la máxima diferencia del choque. 

Se acabaron las pachangas, por muy en serio que se tomen. Hoy empieza lo bueno.

Ficha técnica 

91 - España (26+16+22+27): Pau Gasol (12), Rudy (14), Navarro (7), Rubio (6) y Marc Gasol (8) -equipo inicial-,  Rodríguez (4), Calderón, Reyes (2), Claver (6), Llull (5), Ibaka (18) y Abrines (9). 

54 - Egipto (10+14+13+17): Kamal (8), Badr (4), Elgammal (16), Shousha (6) e Ibrahim -equipo inicial-, Samir, Gendy (6), Abouelanin, Elsabag, Genedy (8) y Elmekawi (6). 

Árbitros: Anthony Jordan (USA), Christos Christodoulou (GRE) y Vaughan Mayberry (AUS). Sin eliminados. 

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo A de la Copa del Mundo, disputado en el Palacio Municipal de Deportes de Granada, ante unos 6.500 espectadores, casi lleno. 

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