Fútbol l Liga de Campeones

Con pena hacia la gloria

  • El Barça se clasifica para semifinales al vencer otra vez por la mínima al Schalke, aunque sufre en la primera mitad y tan sólo respira con el afortunado gol de Touré

Old Trafford marcará el éxito o el fracaso europeo de este Barça. Los azulgranas sufrieron en exceso en el primer tiempo, pero solventaron su pase a las semifinales tras repetir el 1-0 ante el Schalke 04 alemán, un equipo muy mejorado con respecto a la ida.

Un gol de Touré Yayá, en el minuto 43, fue excesivo premio para los azulgranas en el primer tiempo, un equipo que se repuso, sin alardes, en la segunda y no pasó apuros para clasificarse por décima vez para una semifinal de la máxima competición continental. Los barcelonistas fueron un equipo ciclotímico. Sufrió en la primera parte, cuando el Schalke salió decidido a darle la vuelta a la eliminatoria y los azulgranas comprobaron que su actual momento de juego dista mucho del que fue.

Después, el Barça se centró y no sufrió. Bojan e Iniesta fueron los mejores y el joven delantero puso en un aprieto a Rijkaard, cuando el técnico le sustituyó y el público protestó.

De perdidos al río, debió pensar Slomka, y su equipo fue a por el partido. Así las cosas, las ocasiones fueron mayoritariamente ante Valdés, que sufrió en remates de Asamoah, Jones y especialmente de Kuranyi, en una de ellas a medio metro de la línea de gol y sin marcaje.

La presión de los alemanes dejó a los de Rijkaard sin argumentos. El Barça, sin el balón, no es nada y sus jugadores tuvieron que apretar los dientes y esperar que el chaparrón no le calara demasiado o que durara lo menos posible.

En todo el primer tiempo, sólo un par de buenas combinaciones ante Neuer. En la primera, Xavi recibió entre líneas un pase de Iniesta y el meta salvó, en la segunda, el Barça marcó, en una acción que nació por la derecha con Bojan y que culminó Touré Yayá. Para ello tuvieron que pasar muchos minutos. En cuanto acabó la presión del Schalke, que duró más de media hora, los azulgranas respiraron y aprovecharon la calidad de sus jugadores.

En una jugada de Bojan por la derecha, el joven delantero centró con efecto, despejó la defensa, el balón se envenenó, Krstajic salvó bajo palos y Touré Yayá remachó. Era el 1-0 en el minuto 43, un gol que debía dar tranquilidad al Barça. Al Schalke, no le influía: seguía a dos goles de la clasificación, pero los alemanes ya no se recuperaron del mazazo psicológico. El descanso fue fundamental para los catalanes. El partido fue otro. Rijkaard ordenó a su equipo, el Schalke ya no creyó en sí mismo, el Barça leyó mejor el partido, entraron en juego los peloteros del equipo y los agobios acabaron.

Además, en los primeros minutos del segundo tiempo, Henry no aprovechó un buen pase de Bojan, uno de los destacados, y en el minuto 49 Iniesta, otro de los que sobresalió, obligó a Neuer a emplearse a fondo.

El joven Krkic, desde la derecha, fue quien llevó el peso del ataque local, por eso cuando Rijkaard lo sustituyó, los pañuelos volvieron a aparecer en la grada, que coreó el nombre de Bojan y mostró algunos pañuelos de desaprobación.

Sin problemas ya, el Barcelona ya mandó en el partido, en ocasiones y en fútbol, pudo resolver con más comodidad, pero no lo hizo y la nota negativa fue la tarjeta amarilla que vio Carles Puyol, que se perderá la ida de la eliminatoria ante el Manchester United.

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