Fútbol

El preciado don de Mourinho

  • La roja a Casillas en el minuto 2 hizo que el luso sacara su manual alternativo y quizás favorito: repliegue y salida rápida · Esa victoria de casta reanima la Liga y crea ciertas dudas en un Barça que baja al rotar.

Mourinho no va a agradecerle a Mateu Lahoz que expulsara a Casillas en el minuto 2, como tampoco va a agradecerle a Manolo Preciado que arrancara a sangre y fuego un empate, que bien pudo ser victoria, al Barcelona en El Molinón. Pero con la tarjeta roja al gran capitán del Real Madrid y de la selección española, el entrenador portugués vio el cielo abierto para apelar a su manual alternativo. Y quizás su favorito.

Sacrificó a Di María por el guardameta Adán, tiró la línea defensiva unos metros más atrás pero mantuvo la proyección ofensiva de Marcelo como factor sorpresa y de apoyo a Cristiano, Özil y Adebayor. Las cuatro piezas ofensivas se mueven a las mil maravillas con espacios, se tiran como puñales. También el espigadísimo delantero togolés, zanquilargo como él solo, exhibió el motor de un Mercedes para arrancar desde muy atrás y plantarse ante Kameni, con lo que el plan de Mou cuajó una vez más. Como ante el Barça en las semifinales de la pasada Champions.

El astuto entrenador de Setúbal se asemejó a ese héroe (¿o quizás villano?) de las películas que está desarmado, a merced del contrario y, de repente, se lleva la mano a un calcetín para sacar una pistolita que lo saca del atolladero. Así de ganador es él. Y si hace dos semanas, tras el gol del osasunista Camuñas a Casillas, la Liga parecía medio sentenciada, hoy todo aparece mucho más abierto. Y no sólo porque la ventaja del Barcelona se haya recortado a cinco puntos. También porque la ley de los vasos comunicantes se ha aplicado una vez más y el subidón en la autoestima del madridista (hora y media con un jugador menos, y creó más ocasiones que un aspirante a Europa como es este Espanyol), coincide con la humanización de este Barça que parecía definitivamente sobrenatural.

Pero las causas del primer tropiezo liguero del Barça después de ¡16 victorias! consecutivas se antojan bastante terrenales. La gran mayoría de los jugadores apenas se entrenaron a las órdenes de Guardiola durante la semana debido a los compromisos de las selecciones, y eso parece que cambia el paso a más de uno. Del equipo inicial en Gijón, seis jugadores habían jugado los 90 minutos de sus partidos con sus selecciones: Daniel, Piqué, Milito, Mascherano, Afellay y Messi. Además, Xavi estuvo sobre la hierba del Bernabéu, ante Colombia, 56 minutos; Iniesta, 68; y Villa, 56. Enfrente aguardaba un Sporting fresquito y con el cuchillo entre los dientes.

A eso, y quizá como factor más determinante, hay que unir que no es lo mismo jugar con Milito que con Puyol o con Abidal como central en el perfil izquierdo, que Mascherano no da las prestaciones de Busquets y que ni mucho menos Afellay interpreta el manual de Guardiola como lo hace Pedro. Un Barcelona con plomo en las piernas, con la mente saturada por esa racha interminable (hasta de ganar se satura uno), sin varios de sus puntales y que, además, capta el mensaje que da su entrenador con esas rotaciones: el calendario se vuelve a empinar y hay que dosificar los esfuerzos.

El empate en El Molinón (1-1) le privó de sumar su decimoséptima jornada seguida con victorias en la Liga, algo que sólo ha sido capaz de alcanzar el Inter en la temporada 2006-07, en cuanto a las ligas más importantes de Europa.

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