El estadio Santiago Bernabéu albergará hoy el primer clásico español del año 2012, pero el noveno en la era Mourinho. La ida de los cuartos de final de la Copa del Rey servirá para ver si el entrenador del Real Madrid encontró un plan para evitar que el Barcelona de Josep Guardiola vuelva a asaltar el templo blanco.

No hubo tiempo de calentar el partido y quizá por eso, unido al posible empacho de clásicos, el ambiente es notoriamente más frío que en otras ocasiones. Un día antes del partido, en los alrededores del estadio Santiago Bernabéu había más gente revendiendo entradas que comprándolas.

Pero nada de eso importará cuando comience el choque entre los dos finalistas de la última edición y, probablemente, los dos equipos más poderosos del momento. Muchas de las miradas estarán puestas en los respectivos banquillos. Ésta será la quinta entrega de clásicos en el Bernabéu desde que Mourinho llegó al banquillo blanco la temporada pasada y en ninguno de los cuatro anteriores fue capaz de dedicar una victoria a su afición.

De momento, le cabe el dudoso honor de ser el único entrenador de la historia del Real Madrid que ha sido incapaz de ganar al Barcelona en sus primeros cuatro enfrentamientos en su propio estadio.

Quizá por ello se vio ayer a un Mourinho extraño y diferente en las horas previas al duelo. Acostumbrados a ver diferentes caras de una misma persona, Mourinho ofreció ante la prensa un nuevo rostro, el de un entrenador evasivo que utilizó el "no comento" como respuesta más recurrente.

Apenas intentó debatir sobre el juego o los futbolistas, sobre el ambiente o lo que necesita de su hinchada. Para el 80 por ciento de las preguntas, ofreció respuestas de una frase o hasta monosílabos.

Sólo se atrevió a realizar algo parecido a un discurso cuando se puso en cuestión su capacidad (o incapacidad) para superar al Barcelona. Ahí sí se vio al Mourinho fajador que más o menos todos conocen. "¿Cuántos títulos tengo que ganar en mi carrera para dejar de jugarme algo como entrenador? ¿Cuántos? A ver, ¿cuántos? Yo sólo me juego mi felicidad del día siguiente. Mi estado anímico del jueves y mi satisfacción personal es lo que me juego", manifestó.

Aunque el técnico blanco pretenda rebatirlo, lo cierto es que su estadística ante el Barcelona pesa como una losa. Y más conociendo sus actuales dificultades para equilibrar su alineación debido a las ausencias de Arbeloa, sancionado, y Khedira, lesionado.

Esta baja obligará a tocar el equipo básico que viene utilizando Mourinho, pues hay múltiples candidatos: Lassana Diarra, Fabio Coentrao, Raúl Albiol, Sergio Ramos...

Pero, con todo, la mayor expectación está en ver qué tipo de propuesta ofrece Mourinho: ¿prudencia o atrevimiento?

Menos dudas parece tener el Barcelona, que no hace mucho venció por 1-3 en el estadio Santiago Bernabéu en la Liga. De hecho, Guardiola tiene un impresionante récord en el estadio blanco desde que dirige a los azulgrana: cuatro victorias y dos empates.

Lo curioso es que a pesar del último triunfo, está a cinco puntos de los blancos en el campeonato, lo que se explica por sus inesperados problemas para ganar fuera de casa.

No sólo eso, sino que al igual que el Real Madrid el conjunto de Guardiola está mostrando problemas con el nuevo año. De tal forma que se hace muy difícil aventurar un pronóstico.

Más fácil es adivinar que el Barcelona intentará acaparar la posesión del balón y buscará el gol con cuatro jugadores principalmente: Messi, Alexis Sánchez, Cesc e Iniesta. A no ser que Guardiola improvise y ofrezca alguna sorpresa en la alineación.

El partido también será una nueva prueba para Cristiano Ronaldo, criticado por parte de su hinchada en los últimos encuentros y tradicionalmente acusado de pasar inadvertido en las grandes citas, incluidos los clásicos.

Nuevo año y nuevo clásico. Esta vez en la Copa del Rey, en una cita que se coló casi sin avisar en el calendario y que tendrá su primer asalto en el estadio Santiago Bernabéu. Y con Mourinho y Guardiola acaparando buena parte de los focos.