Manolo Fernández, presidente del Atlético Sanluqueño, se reunía el pasado martes en Madrid con representantes de Lucena, Llagostera, L'Hospitalet, Conquense, Burgos, Fuenlabrada, Real Unión, Peña Sport, Leganés y Huracán Valencia, comisión de clubes de Segunda B que tiene como objetivo relanzar la categoría de bronce.

Los once clubes representan al total de 63 de la categoría, todos excepto los filiales, dependientes de equipos de la Liga de Fútbol Profesional.

Uno de los puntos tratados es el de conseguir una franja horaria propia, que no tenga competencia ni con la Liga BBVA ni con la Liga adelante, aunque se dejaría a cada club la opción de acogerse a ese horario. De esta forma, los clubes de Segunda B podrían incluso negociar la retransmisión de los partidos, lo que también serviría de gancho para tratar de encontrar un patrocinador que diera nombre a la categoría y supusiera otra gran fuerte de ingresos.

En efecto, esta franja horaria exclusiva abriría la posibilidad de negociar la venta de los derechos televisivos, y en la reunión se propuso o bien los viernes por la noche o bien los domingos por la mañana, lo que habría que negociar con la LFP, que ya ocupa esos horarios para partidos de Primera División.

También se ha propuesto sobre la mesa la reorganización de la categoría y que de los cuatro grupos de 20 equipos actuales se pasen a seis grupos de 16 equipos cada uno. Se pretende que así los desplazamientos sean más cortos, con el consiguiente ahorro económico para los propios clubes. Además, los aficionados podrían acompañar con más frecuencia a sus equipos, de lo que se beneficiarían las poblaciones anfitrionas.

Otro objetivo es quitarse la vitola de 'semiprofesionales': o profesionales o en todo caso aficionados, con sus derechos y sus deberes, pero no esta situación indefinida. La Segunda B depende de la Federación Española (RFEF) y a cada club se le exige un mínimo de seis jugadores profesionales: con 79 clubes en la categoría, la SegundaB tiene casi 480 profesionales, más que en Primera y en Segunda División, aunque lo integren menos equipos. Aproximadamente un total de 1.600 futbolistas acoge la división de bronce.

Después de los acuerdos alcanzados, la comisión acordó mandar una carta a la RFEF solicitando una reunión lo más próximamente posible para empezar a trabajar. Asímismo, la AFE (Asociación de Fútbolistas Españoles) estará al tanto de todos los pasos que se den. El objetivo es claro: que el fútbol de bronce deje de ser deficitario y sea rentable.