José Luis Sáez (9-4-1960), presidente de la Federación Española de Baloncesto, ha estado esta semana en su casa promocionando la Copa del Mundo 2014. No sólo de la selección vive el hombre y el hombre que lleva desde noviembre de 2004 al mando de la nave no regatea ninguna pregunta y no para de hablar de estructura, formación, unión...
-Quedan poco más de 260 días para que vuele el balón, ¿cómo describe la situación?
-Estoy muy contento. La promoción de la Copa del Mundo está hecha a nivel nacional e internacional. El proyecto de esponsorización está cumplido al 95% y quedan nueve meses para el desafío de que no sólo los partidos de España y las grandes selecciones tengan un buen número de aficionados, sino para sea un evento deportivo, turístico, económico, rentable. Si hubiéramos soñado con esta situación con una crisis por medio, nos habrían llamado locos.
-¿Caló el mensaje de que es una inversión y no un gasto?
-Ya no hay posibilidad de patrocinio. Ahora tratamos de que el aporte de las instituciones locales sea menor y la inversión, mayor. Lo verán 170 países por televisión.
-¿Hay sintonía con los Ayuntamientos de Sevilla y Granada?
-La relación es fantástica. Hasta que terminemos, la idea es tener actividades. Que la gente se empape del logo de este campeonato.
-¿Qué quedará en las ciudades?
-De entrada, que el baloncesto va más allá de las canchas. Son ciudades turísticas que pueden organizar campeonatos al máximo nivel. Desarrollaremos la mejora del concepto social, de capitalidad, de competición, de formación. Y no nos iremos, el legado será continuar con lo que hacemos. Mi interés es que Ayuntamiento, Diputación, Junta y clubes se sientan partícipes. La excesiva división es una de las lacras del deporte.
-¿Hay presiones para las cuatro invitaciones a selecciones que se darán el 2 de febrero?
-Hay más países estratégicos que no convendría que faltaran que número de plazas. No será fácil. Este mes estudiaremos la fórmula y luego decidirá la FIBA. Ojalá acertemos. Cuando ves el panel de los 15, cada uno por unos intereses, deportivos, estratégicos, económicos, de evolución, sería importante que estuvieran todos. Lástima que no sea un Mundial de 32.
-España va a Granada y quizás Estados Unidos a Bilbao: ¿teme poca afluencia en San Pablo?
-Lo que va a ser muy difícil es que alguna selección no enganche en Sevilla. Eslovenia me ha pedido la posible reserva de 2.000 entradas; Argentina, paquetes por encima de 2.000; Rusia también en caso de clasificarse; Turquía, si está invitada, quiere 5.000... Las ciudades son muy buenas para el deporte, el turismo y para aprovechar que no sólo se hace un evento pensando en la cancha. Lo tenemos todo para atraer a los extranjeros. Ya lo vivimos cuando Letonia trajo en el Eurobásket a 800 personas. Lo que presentamos no van a ser sólo partidos, sino actos culturales, conocer nuestra gastronomía, Sevilla tiene un área de influencia muy cercana y con Granada debe trabajar conjuntamente con esos 12 países, 11 más España.
-¿La impresionante promoción gracias a la selección tiene reflejo en cifras, en licencias?
-Claro, somos el primer deporte en licencias femeninas; hay por encima de 400.000 en toda España; y hemos hecho más de 200 actividades en la calle. Soy optimista. El participante también se debe acercar a la organización. Y se está haciendo por otras vías; las clásicas eran las competiciones normales. Hay que dar un paso más. En otros deportes ha habido una caída y nosotros no hemos bajado el listón en los programas: deportivos, sociales, de promoción. Y las empresas se han acercado con visos de permanencia. Es para estar orgullosos, haciendo también exámenes de conciencia.
-Los jugadores apenas fallan, ¿de quién es el mérito?
-El mérito es lograr un equipo. Procuramos que a los que se acerquen a nuestras selecciones les guste volver, no se planteen fallar, salvo por circunstancias específicas. Hay que cuidar hasta el último detalle para que se sientan bien. Y tenemos objetivos muy claros: somos muy ambiciosos y queremos ganar. No es fácil vivir con esa presión tantos años. Al final creces con generaciones diferentes, todo el mundo lo focaliza en determinados jugadores que son la leche, pero se incorporan otros con esa filosofía y compromiso.
-¿Cómo sabe el bronce dos meses y medio después?
-El podio es a lo que siempre hemos aspirado. Si nos lo hubieran dicho un año antes, cuando se decía que no iría la gente, que sería un trámite... Era un momento clave para dar un paso más en el rol de algunos jugadores y del técnico. Me quedo con lo positivo y cuestiones en las que no estoy tan contento tienen solución. Fíjese el amargor que habrá en Turquía, Grecia, Rusia, Italia, China, Canadá, Brasil. Garbajosa me decía: "Presi, ¿te acuerdas cuando disfrutábamos de un bronce?". Ahora quiero hacerlo porque tiene mucho valor.
-Pero también es crítico...
-Sí, pero la crítica hay que verterla donde se debe. Soy duro y exigente, pero se hizo un trabajo previo para llegar con un equipo competitivo, para que la gente viniera comprometida. No puedo echar nada en cara a nadie. Si uno no acertó en alguna decisión, igual que el presidente en otras. Hubo un momento difícil, tuvimos en la mano la final, se nos fue y la reacción no fue irnos del campeonato, sino ganar una medalla. Nos hemos acostumbrado al podio y espero que sea por mucho tiempo.
-¿Ve a Pau Gasol y a Navarro en Río o se apean en 2014?
-Son dos tipos de decisiones. La primera es personal de jugadores de una grandísima categoría; la segunda, su situación deportiva. A mí cada día me sorprenden más porque la gente los retira y mejor que no lo hagan porque me da la sensación de que no van por ese camino. Son muy ambiciosos, quieren volver, volver y volver pero estando arriba. Ellos nunca irán como un número a nada.
-¿Se ha interesado por Marc?
-Con la gente de su entorno. Nos alarmamos y después las noticias fueron tranquilizadoras. Se recuperará y estará al máximo nivel.
-Tema Mirotic. Sus últimas declaraciones son positivas para la selección española...
-Nikola es muy importante para el crecimiento del baloncesto español. Eso sí, hay unas normas. Hay otros casos que tampoco comparto. No es un debate Ibaka-Mirotic. Cuando alguien dice quiero ir a la selección, los planteamientos suenan de otra manera. Estamos por la labor porque lo conocemos, ha estado con nuestras selecciones y peleando para ir. Los malos entendidos hay que erradicarlos y estaremos encantados de que en los próximos podios esté él.
-¿Alguna novedad en breve?
-No es tan fácil. La FIBA no es partidaria y queremos ver qué situaciones pueden desembocar en que al final participe de la manera en que queremos. Entiendo la otra versión, que aquí creen que hay una captación de talento de fuera, pero no somos de nacionalizaciones masivas. Quizás la menos arraigada es la de Sancho Lyttle. Queremos que un jugador que viene por inmigración, formación, no que tenga restricción.
-¿Qué sueño le queda pendiente como presidente de la FEB?
-Me gustaría ver tres vías de crecimiento: una es el baloncesto femenino, por eso creamos en 2014 el proyecto Universo Mujer y ojalá organicemos la Copa del Mundo de 2018; otra, la introducción del baloncesto de una manera divertida, en relación al 3 contra 3; y la visión del deporte como herramienta de transformación social. Ésos son mis sueños. Podría decir un oro olímpico, me encantaría. Pero en mi periodo los equipos han sido tan generosos que he tenido la suerte de vivir muchos éxitos.
-Entiende que es un buen filón el baloncesto femenino.
-Veo el proyecto mujer. Sobre ella giran muchas decisiones. Tenemos que acercarla como participante, como gestora, como seguidora. Es una gran inversión en el plano deportivo y en el económico de la FEB y el deporte. Nos quedamos mucho en la cancha. Si no atraemos a los colectivos, si no se divierte la gente, si no hay visibilidad, ¿dónde están las empresas, los recursos? Las ayudas públicas están como están. Hay que hacer un producto atractivo y uno es la mujer.
-Si España va fatal, ¿por qué va tan bien la FEB?
-España no va fatal. No compito con nadie, mejoro competencias y recursos. Nos han dado la caña de pescar y hemos buscado profesionales. Mi obsesión es la estructura. Tiene que ser potente para cuando vienen mal dadas. Al público, al patrocinador y a la prensa hay que facilitarles las cosas para que digan que el producto vale, tener cercanía. El espónsor no puede sentirse un señor que da un dinero, sino estar en el equipo y que diga si le gusta algo de una manera o de otra; el periodista, igual. Hemos sido muy endogámicos y hay que escuchar a la otra parte. Si contamos sólo crónicas de partidos, no vamos por el buen camino. Eso intentamos durante el año. Ya nadie se plantea la actuación de la FEB por la selección absoluta. Me dejo la piel doce meses para que mis equipos estén con actividades diferentes. ¿Dónde va a haber más gente en Sevilla? En este puente. Pues tienen que ver baloncesto. Trabajamos y da este resultado. Me acusan de tener suerte; no lo sé, trabajo mucho.
-Promoción, repercusión, pero hay jugadores de la Adecco Oro y la Plata que prefieren emigrar por el poco dinero que hay...
-No, no. Cuidado con eso de que se emigra para ganar equis porque lo que pagan fuera lo conozco. Salvo excepciones, aquí se cobra. Se nos critica poner avales fuertes para que se pueda cobrar. Hemos sido financiadores de la propia competición porque ha habido deuda con la FEB y hemos jugado hasta el último minuto para no aplicar el reglamento. A veces no intervienes porque para hacerlo debes tener conocimiento no a través de un medio de comunicación. Hablan de contratos falsos, pero dónde están. Si alguien ha depositado un contrato y no se cumple, tendrá que denunciar. En la FEB hemos establecido un contacto con los jugadores, Jorge Garbajosa, que cuando acabe el primer trimestre va a tener una rueda con los equipos para ver su situación. Intentaremos que todos seamos equipo, resolver los problemas a clubes, árbitros y jugadores. Hasta ahora no tenemos conciencia ni traslado de graves incumplimientos... que a lo mejor se producen en otras categorías, como bien se sabe. En las que me compete tengo unos avales y unos procedimientos, que me digan dónde estamos incumpliendo para corregirlos. Aquí no hay ningún mínimo y si los equipos generan da para pagar a los jugadores 1.000 euros, es lo que hay. Me encantaría que fuera más.
-¿No le preocupa que los chavales que salen deberían contar con categorías potentes antes de llegar a la ACB?
-Es lo que se buscó con estas categorías. Se consiguió y se consigue. El baloncesto debe ser único. En la FEB están integrados todos los colectivos, incluida la ACB. La Euroliga y la NBA son complementarias. Parece que los factores de identificación, de crecimiento conjunto... hasta jugar el viernes, ese invento que hice un día, son la leche. Hace 10 años ya decía que había que buscar otros activos, diversificar patrocinadores y depender menos de la Administración. En su día dependíamos un 80% y en el próximo presupuesto será un 6%. A veces uno no es amable, yo no soy un tío simpático, pero no podrán negar que las cosas que decía no tenían sentido común. En los clubes incido en la estructura, pero no puedo dotar de ella, ni tampoco a una federación territorial, porque no depende de mí.
-¿Y más reducción de costes?
-Sería nimio. Y lo que pueda hacer, lo haré. No voy a dejar sin jugar a nadie por un concepto económico. Pero tampoco puede ser gratis.
-¿Habrá un mínimo de jugadores de formación en Oro y Plata?
-Los cupos nunca me han gustado. Los defendí porque es una medida buena para el baloncesto español y buena económicamente, como se demuestra cuando hay crisis porque identifica a la gente, porque hay un nivel de permanencia. Si no es así, ¿cómo se identifica la afición si cambiamos de jugadores cada año, de colores de camiseta, de nombre...? Es muy complicado. Antes nos daba igual que a un partido de la selección fueran 3.000, 5.000 o llenar. Pues no. Ahora se trabaja para que esté a reventar porque si no lo está, no interesa y por tanto no permanece ni atrae. El principio del fin de algo es que no le interese a la gente de una localidad. Lo podemos mantener ficticiamente, pero es una mentira.
-¿Cuándo van a ir de la mano la ACB, la Euroliga y la FEB?
-He estado abierto desde el minuto uno. Hemos tenido temas puntuales, pero ningún problema conceptual. No voy a ir contra la ACB; ahora, si quiere trabajar sola, tiene sus competencias y las puede ejercer, y la Euroliga, igual. Hay muchas acciones para hacer conjuntamente. Eso sí, es complicado.
-Ha suavizado sus sopapos a Alejandro Blanco, ¿no?
-Hice un análisis de lo que consideraba que estaba pasando en el COE y en el proceso de elección de la candidatura a los Juegos no quería mezclar nuestras diferencias de gestión, no venían al caso. A partir de ahí, la legitimidad en el COE la tiene el que votan. Tengo demasiado trabajo con la FEB.
-¿Se veía venir el chasco de Madrid 2020?
-Sabía que era muy difícil...
-Ya, pero se había vendido como clara favorita...
-Nunca lo hice. Tenía la ilusión y repito que uno de los beneficiados habría sido la FEB. La selección estaría clasificada para los Juegos.
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