fútbol lSegunda División B

El sufrimiento merece la pena al final

  • El Cádiz noquea en el minuto 85 a un Roquetas que marca al primer minuto

El Cádiz se impuso ayer al Roquetas y sacó partido de los tropiezos de sus más fieles perseguidores, Balona y Lucena, para dejar de nuevo al segundo clasificado a siete puntos. Más líder... en la tabla. Los amarillos siguen marcando diferencias en el grupo IV, pero fuera de los terrenos de juego. Y es que la sucia imagen dada ante el colista no fue limpiada ante otro de los rivales más débiles. ¿Fue la goleada al Lucena un espejismo?

Juanje adelantó al Roquetas nada más comenzar el partido, Juanjo puso de nuevo la igualada en el marcador y Pedro Baquero, a cinco minutos del final y en la que puede considerarse tercera llegada seria de todo el partido, firmó una remontada que deja ya en quince las jornadas sin conocer la derrota. Que cada uno ponga el foco donde crea oportuno.

El Roquetas se mostró más despierto que el Cádiz en el inicio. El equipo almeriense había salido de casa a las seis de la mañana, en autobús, y antes de plantar su medio de transporte en el césped del Ramón de Carranza le dio tiempo a romper el guión. Juanje se sacó un zurdazo impresionante que acabó con el balón en el fondo de la red. Aulestia, dio la impresión, pudo hacer algo más por evitar el jarro de agua fría del lateral gaditano.

No sólo Aulestia, todo el equipo pudo hacer algo más. La escuadra de Pepe Callejón dio un importante paso atrás tras verse dominando el resultado y los amarillos no apretaron hasta el tramo final de la primera parte, cuando lograrían poner de nuevo la igualada en el marcador. Corría el minuto 34 cuando Cases, pegado a la cal de la banda izquierda, se sacó un buen centro al segundo palo. Ferreiro empalmó el esférico y Juanjo, en boca de gol y de cabeza, ponía las cosas como estaban antes del pitido inicial.

Y no fue hasta la media hora cuando los pupilos de Jose González, con un tiro de Ikechi Anya que se marchó fuera por poco, disfrutaron de su primera ocasión de gol más o menos clara. Desde entonces y hasta el descanso, poco hubo que reseñar.

Los amarillos sacaban de centro por segunda vez para inaugurar la reanudación. Y en esta ocasión sí se respetaba el guión. Los locales buscaban el gol y los visitantes salir a la contra con peligro. En una de las primeras llegadas, tras una buena acción nacida en la banda izquierda, Ferreiro pedía penalti y su demanda no era considerada por el árbitro.

El Roquetas, que había asustado nada más empezar el duelo, argumentaba en los últimos pases su posición en la tabla clasificatoria y colaboraba a que el partido provocara grandes bostezos en la grada. No pasaba nada. Y Jose González movía el banquillo, dando entrada a Dioni y sacando del campo a Cases. Pieza por pieza. Pero seguía sin pasar absolutamente nada.

El equipo de Callejón ofrecía serias taras futbolísticas y el Cádiz no creaba ocasiones claras. Mara ponía la pimienta en una jugada aislada y el público, ejerciendo su derecho al rebote, protestaba con pitos. Lógico. Eres el líder, no creas peligro. Y el rival, con serias taras futbolísticas, te mete el miedo en el cuerpo con empate a uno en el marcador. Imposible no pensar en un cruce de fase de ascenso con un equipo con más armas y maldad que la escuadra roquetera.

La solución de Jose para intentar cambiar el panorama fue un nuevo cambio de piezas, aunque de distinto tamaño y características. Sin olvidar el susto provocado por Mara, el gaditano sustituía a Juanjo por Akinsola. El nigeriano salía con ganas y poco a poco contagiaba su buen espíritu a sus compañeros.

Se llegaba a los últimos diez minutos del choque y al Roquetas aún le quedaban un par de cambios por hacer para tratar de que se jugara más bien poco. Hasta que apareció Baquero a falta de cinco minutos para que se llegara al tiempo reglamentado. Ferreiro botó una falta y el central onubense, más solo que la una, remataba de cabeza a placer para poner el punto y final a un guión que no se respetó en ningún momento. La estrategia debe ser otra.

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