Hoy puede ser su despedida. Delante de su público, en estadio Luzhniki, donde comenzó todo. O quizá sólo sea un título mundial más antes de tomarse otra pausa. La rusa Yelena Isinbayeva aún deja una puerta abierta a su futuro en el salto con pértiga, disciplina que dominó con puño de hierro.

Sólo la propia Isinbayeva sabe si hoy será el día de su ul último gran salto. "No dije que me retiraría después de Moscú, pero necesito tener una pausa para tener una familia y un bebé", dijo ayer la atleta rusa, un día antes de la final de salto con pértiga del Mundial de Moscú 2013.

"Después del Mundial no me voy a ir para siempre. Simplemente voy a hacer una pausa. Sí, quiero hijos. Aunque me pierda la temporada 2014", añadió. Isinbayeva, de 31 años, inscribió su nombre en los anales de récords del atletismo y en el corazón de los aficionados.

La atleta batió a lo largo de su carrera nada menos que 28 récords internacionales y conquistó dos títulos mundiales (2005 y 2007) y dos medallas de oro olímpicas (2004 y 2008).

Isinbayeva fue citada recientemente por la agencia rusa Ria Novosti con las siguientes palabras: "Mi carrera terminará 100% seguro con los Mundiales". Pero después de la clasificación, la rusa abrió una puerta para competir en el Mundial 2015 y en los Juegos Olímpicos 2016. "Confío en volver para Pekín y Río, pero si no puedo alcanzar de nuevo un alto nivel entonces anunciaré mi retirada".

Isinbayeva calificó de "asombroso" el ánimo de los espectadores en Moscú. "¡Apóyenme, griten, levántense de sus asientos y deséenme suerte! El resto lo hago yo", dijo la atleta.

Pero para ganar el oro necesitará también dar lo mejor de sí, lo cual sólo ocurrió ocasionalmente en los últimos años. En Berlín 2009 quedó eliminada y en Daegu 2011 sólo fue sexta. En los Juegos Olímpicos de Londres su mejor salto valió un bronce.

De cara a la final de hoy, la estadounidense Suhr es una de las grandes aspirantes al oro, sin olvidar a la cubana Yarisley Silva y la brasileña Fabiana Murer.

Isinbayeva es tercera con 4,78, pero su entrenador, Yevgeny Trofimov, aseguró, como informa la IAAF, que la rusa saltó 5,11 metros en un entrenamiento bajo techo en abril. "Estoy en buena forma. No siento ninguna presión", dijo la saltadora.