El levante no falta en ningún acontecimiento importante de la Villa y ayer presidió un derbi en pleno Carnaval y con algún disfraz en la grada del Navarro Flores, donde se enfrentaban los eternos rivales en un partido marcado por un centrocampismo total y absoluto y con muy poquitas ocasiones en ambas porterías.

El equipo Javier Manzano salió dispuesto a no dejar moverse al de Paco Corbeto y lo consiguió hasta el punto de que en la primera mitad sólo se puede destacar un intento de remate de David Villalba tras error de Zaldúa que Manu despejó a corner en el minuto 15. Tres minutos más tarde era Salva el que lo intentaba desde fuera del área pero el balón se perdió ligeramente desviado.

El fuerte viento de levante soplaba a favor de la Roteña pero no sirvió para crear ocasiones. La segunda mitad comenzó con el viento a favor del Rota pero siguió por los mismos derroteros.

El primero que avisó fue el equipo de Javier Manzano, un disparo de Polo a los cinco minutos en buena posicion que salió fuera.

Gustavo Pinedo lo intentó en el minuto 59 pero a su disparo, en buena posición, respondió bien Zaldúa. El tira y afloja era constante pero con mucha deportividad en el terreno de juego.

A diez minutos del final, el derbi entró en una fase eléctrica: un pase de David Villalba lo aprovechó Pinedo para disparar y rematar a la red el rechace de Zaldúa.

Parecía que el Rota encarrilaba el derbi, máxime cuando a renglón seguido el visitante Antonio Niño veía la segunda tarjeta amarilla. Los aficionados verderones se las prometían felices pero nada más lejos de la realidad, porque varios minutos más tarde la falta que le costó la expulsión al local Reales la transformó Salva en el empate con un golazo de falta directa.

Antes, en el minuto 83, Pepito había probado fortuna desde fuera del área y el balón salió desviado a la derecha de Paredes.

Así, con empate, acabó un derbi que tuvo de todo, sobre todo mucho viento y poco fútbol.